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información:
(EN ROJO INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO):
Hablamos de amor. De pérdida. De búsqueda. Seguimos manteniendo la premisa de que los intérpretes somos libres de improvisar cada día un 5% del texto. Nos gusta la música. Hablamos sin pensar. Somos brutas. Y somos niñas. Y somos viejos. Y somos animales. Nos gusta el campo. La tierra. Hablamos de lo que nos pasó. Y nos lo inventamos. Y cada día es un poco distinto. Y el teatro es nuestra manera de cambiar lo que podamos el mundo. O no cambiarlo nada. Todo es muy triste. Y nos reímos. Y somos gracioses. Y nada más. La perra.
Cuando en Nochevieja Marisol se fue su familia se quedó horrorizada. El tiempo se paró. La mujer sabía que la culpa era del hombre. Pero eso ya no importaba, había que encontrarla. Él y ella movieron cielo y tierra buscándola. Conocieron personas que antes no existían y que acabaron siendo lo único que tenían. Pistas. Casas abandonadas. Campos. Zorros. Cazadores. Playas. Su hija también sufría. Y ellos. Sabían que Marisol también. La mujer se juró a sí misma no rendirse, pero cada día que pasaba era más difícil y más tenso. Marisol es una perra. Y la perra acabará hablando. Tiene que hacerlo. Y además, habla desde al corazón.
La pérdida de la perra como excusa para hablar de las relaciones familiares. De padres, abuelas y abuelos, hermanas, hijas y nietos. De antiguas relaciones, de amigos de toda la vida y de desconocidos. De animales. De amantes de los animales y de todo lo contrario. De la necesidad de todos de ser amadas y amados.
5 intérpretes y 15 personajes. Unas marismas. La luna. La música. Lo nuevo de Tenemos gato. Basado en una historia real y radicalmente ficcionada.
comentario:
Después de FELICIDAD, la compañía TENEMOS GATO vuelve a la cartelera teatral madrileña con LA PERRA, una propuesta que nos habla de la necesidad de amar y ser amados y de las complejas relaciones personales, familiares, sociales, etc.
Con texto y dirección de Cristina Rojas (que además forma parte del elenco, como es habitual en las propuestas de la compañía Tenemos Gato), nos encontramos ante una historia sincera y honesta, donde los dramas personales y familiares toman protagonismo. La cotidianidad con todo lo que ello conlleva (lo bueno y lo malo), se presentan en escena, con una peculiar y muy personal construcción narrativa y escénica.
Las relaciones familiares, los conflictos, roces y alegrías que se generan dentro de este entorno son una temática que TENEMOS GATO gusta tratar, acción que ha demostrado ya en varias de sus propuestas, pero no como algo artificial o impostado, sino como la teatralización de momentos cotidianos cargados de realidad y verdad, capaces de generar reflexiones gracias a la empatía que generan en el espectador, que las recibe a modo de reflejo en un espejo donde ver las actitudes persales y sociales, y por ello, estos momentos de alegría y de conflicto que vemos en escena pasan rápidamente de ser individuales a sentirse colectivos e universales.
Cristina Rojas nos presenta un texto inteligente que pasa a través de muchos conflictos (la soledad, la falta de amor, la comprensión, la incomprensión, la confianza, las etiquetas, el enjuiciamiento ajeno, etc.), y todo ello, a través de una premisa, tan sencilla como creíble, que parte de un acto tan habitual como una reunión familiar para celebrar las fiestas navideñas. Durante este encuentro, Marisol, la perra de la pareja protagonistas se escapa al asustarse por el ruido de unos petardos mientras es paseada (sin correa) por la pareja del personaje interpretado por Cristina Rojas (Homero Rodríguez).
Hay que encontrar a Marisol, esa es la prioridad, y al mismo tiempo, esta acción es el desencadenante del posicionamiento de cada uno de los personajes de la propuesta frente al personaje principal interpretado por Cristina Rojas, produciéndose la visualización de sus verdaderos pensamientos, actitudes, su posición dentro del núcleo familiar, etc., de esta forma, los miembros de la familia, los amigos, vecinos, desconocidos, etc., comenzarán una búsqueda (o tal vez no) que se inicia como algo lógico y que va, poco a poco, tomando un cariz cambiante.
La dramaturgia de Cristina Rojas se muestra interesante por su mirada hacia los conflictos personales y familiares desde diferentes prismas, miradas que centra en personajes que muchas veces actúan partiendo de una ‘buena intencionalidad’, pero que tienden a perjudicar a alguna de las partes, como dice el refrán: ‘de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno’. En la propuesta, no hay perdida de esperanza por parte de la protagonista (o tal vez sí), puede ser simplemente el convencimiento de que abandonar a ‘uno de los nuestros’, a un ser indefenso a su suerte, es como perder una pequeña parte de nuestra humanidad, perder aquello que nos separa de formar parte del embrutecimiento general y el creciente egoísmo de las sociedades ‘modernas’. Son los pequeños actos de amor, de rebeldía contra un mundo y las personas, que tratan de imponernos sus normas, donde nuestra protagonista se rebela, para seguir buscando a Marisol mientras sea posible, correspondiendo con amor al amor desinteresado de Marisol, y mientras lo hace, interacciona con su padre, su madre, su pareja, su hermana, su cuñado, su hija, etc., y con cada un@ de ellos se generan actitudes y conflictos cotidianos de esos que sin ser graves ni profundos hacen mella en nuestro amor propio, nuestros deseos y anhelos y en nuestra percepción de la vida.
Es interesante igualmente el camino que recorre la propuesta a través de su estructura narrativa, planteando una historia que comienza más o menos jovial y encaminándola hacia el conflicto, para volver a realizar un giro final con moraleja incluida.
Toda la propuesta se desarrolla en un espacio escénico que mantiene la misma escenografía durante todo su desarrollo (también se utiliza la parte más externa del espacio escénico como ‘comodín’ para espera, cambio de vestuario, etc.). Esta escenografía diseñada por Alessio Meloni deja ver, una vez más, su enfoque conceptual y su particular, poética e imaginativa forma de trabajar el espacio. Unas marismas o un espacio a modo de campo de trigo construido con espigas que terminan con pequeños panes como posible referencia a la cosecha, la familia, la unidad, la caída, la recogida, etc. Alessio Meloni posee un estilo propio que podemos ver en otras propuestas en las que ha realizado la escenografía o colaborado como: ‘Tus otros hijos no te olvidan’, ‘Este es un país libre y si no te gusta vete …', ‘Historias de Usera', ‘La noche de las Tríbadas' , ‘La tumba de María Zambrano', 'Una vida americana', 'El arquitecto y el emperador de Asiria' , ‘Juguetes rotos', ‘El minuto del payaso', etc.
La dirección de Cristina Rojas junto a la Raquel Mirón como ayudante de dirección se muestra trabajada, con un buen control del movimiento en escena y los tiempos, etc La historia es, en principio, atractiva e interesante por su temática y su evolución, aunque tiende a alargarse demasiado y a jugar con una cantidad de personajes que, aunque muy meritorios no siempre aportan un valor diferenciador a la propuesta, propiciando que en algunos momentos, se ralentice el tiempo, la acción y la energía de la propuesta.
El elenco formado por: Homero Rodríguez, Cristina Rojas, Raquel Mirón, Chema del Barco o Javier Márquez y Mónica Mayén, realiza un trabajo comprometido y eficaz, cinco actores y actrices dan vida a más de 15 personajes cuyos cambios y transiciones ocurren sin salir del espacio escénico (laterales). Las interpretaciones se basan en la naturalidad y la eficacia, y consiguen convencer a los espectadores, incluso en los momentos en los que se crean escenas artificiosas que referencian acciones como aquellos en los que alguno de nuestros protagonistas circula en coche (con solo un volante y un pequeño movimiento, depositando el peso de la acción en la fuerza de los diálogos).
La propuesta además de vestirse con la cuidada escenografía de Alessio Meloni, dispone de una interesante selección musical que comienza con el tema 'You're an Animal’ de José González, utilizado también para cerrar la propuesta y completar así el ciclo completa de la misma, además escuchamos temas de Lole y Manuel, Devendra Banhart, etc., entre otros, sin perder de vista el diseño de iluminación de Rocío Pin-Art.
Ciertamente, es posible que la existencia de tantos personajes (algunos de los cuales no parecen aportan un valor adicional a la propuesta, aunque si originalidad y color, evidenciando la versatilidad interpretativa del elenco), aumente la sensación de que la propuesta se alarga y se ralentiza, sin embargo, el proceso y desarrollo narrativo de la propuesta se muestra de forma inteligente, el paso por los diferentes escenarios en los que se desarrollan las sucesivas acciones, sin ningún cambio de escenografía, apelando al imaginario colectivo y al acercamiento a los escenarios mentales comunes de la audiencia, es todo un acierto, así como la forma de plantear una excusa (la pérdida de la perra) como punto de partida para hablar de las relaciones humanas encaminando toda la propuesta hacia la necesidad de todo ser vivo de ser amado.
LA PERRA se acerca en muchos aspectos a la anterior puesta en escena de la compañía Tenemos Gato, FELICIDAD, sin embargo, va más allá, es más compleja en su planteamiento y se aprecia una interesante evolución que merece ser tenida en cuenta y que demuestra, que existe un trabajo serio, concienzudo y bien planteado en esta compañía un seguro nos seguirá ofreciendo propuestas que generen nuestro interés.
ficha:
TENEMOS GATO
Texto y dirección: Cristina Rojas
Ayudantía de dirección: Raquel Mirón
Diseño de escenografía: Alessio Meloni
Vídeos y Diseño de iluminación: Rocío Pin-Art
Elenco: Homero Rodríguez, Cristina Rojas, Raquel Mirón, Chema del Barco o Javier Márquez y Mónica Mayén.
Músicas: Jose González, Lole y Manuel, Devendra Banhart…
Fotografías: David Sagasta, Daniel Pérez, Tino Yamuza.
Diseño Gráfico: Omar Janaán
Distribución: Susana Rubio-Nuevos Planes Distribución
Comunicación: Gran Vía Comunicación.
Una producción de tenemos gato.
Foto de portada: Daniel Pérez / Teatro Echegaray
Otras propuestas de Tenemos Gato: FELICIDAD, Finalista a los Premios Max 2018 a Mejor Autoría Revelación para Cristina Rojas y Homero Rodríguez, Candidata a los Premios Max 2018 a Mejor Espectáculo Revelación, Premio Mejor Espectáculo de Sala en la XXI Feria de Teatro de Castilla y León-Ciudad Rodrigo, Premio a Mejor Espectáculo 2019 en Indiefest-Escena Miriñaque y listada entre Los Mejores Montajes Teatrales de 2017 en La Sala de RNE. CUCHARA O TENEDOR, A BOMBO Y PLATILLO, etc. Más información en TENEMOS GATO