La realidad cotidiana de una pareja se ve azotada por una confesión. Sed es la lucha de una pareja por sobrevivir ante un conflicto y su estigma social. Asistimos al momentos en el que ÉL, al fin, verbaliza su problema, y cómo junto a ELLA intentan gestionar la situación dentro del espacio íntimo de la pareja. Un drama que lleva al público a posicionarse ante uno de los tabúes más oscuros de nuestra sociedad.

Sed es riesgo teatral, vértigo ante lo desconocido o, mejor dicho, ante lo que nos gustaría no haber conocido. Un montaje que dejará sin aliento a un público que, poco a poco, se habrá adentrado en la oscuridad del ser humano y que, sólo tras unos segundos de reflexión, podrá arrojar algo de luz.

Comentario:

SED, obra que nace a partir del texto de Alejandro Butrón plantea una idea interesante, un conflicto del miembro masculino de una pareja, que choca de frente con lo que consideramos un comportamiento moralmente aceptable en la sociedad en la que vivimos. Esto genera una lucha interna entre nuestro protagonista y su propio ‘yo’, un enfrentamiento entre sus valores éticos y morales, y también con su pareja y con la sociedad en general.

Pero, ¿cómo una persona normal, con una vida normal, puede ser capaz de comprender el surgimiento de impulsos que hasta entonces no había sentido?,  ¿Cómo su esposa, su compañera puede asumir y aceptar (o no) el reconocimiento de estos sentimientos?, está claro, que el planteamiento es interesante y puede generar preguntas y debates, y solo por eso, esta obra merece nuestra atención.  Una apuesta por enfrentarnos a miradas diferentes desde puntos de vista también diferentes.

Sauce Ena y Mariano Rochman dan vida a una pareja normal, con sus problemas, sus alegrías y sus pequeños dramas diarios. Bajo la dirección César Barló, Sauce Ena y Mariano Rochman, interpretan a una pareja creíble y compenetrada, ambos realizan un trabajo comprometido y digno, destacando la arrolladora energía de Sauce Ena, pero también hay que comentar algo que, desde mi punto de vista, aparece en algunos momentos de la obra, las palabras y las acciones se contradicen, por lo que el resultado de algunas escenas no es totalmente creíble, sobre todo en escenas sustentadas por la supuesta fuerza y seguridad de una protagonista cuyas acciones dicen lo contrario a las palabras (no es un problema de interpretación).  Pero, esto no quita ni un ápice de interés y fuerza a una obra que se desarrolla con un estructura bien pensada y una construcción que permite que mantengamos el interés desde el principio al fin.

La escenografía está formada por la reproducción de grandes piezas de lego que van cambiando de posición y que se convierten en mesas, sillas, bañeras, etc. construyendo de forma original los diferentes elementos necesarios para el desarrollo de las escenas.

La obra que contiene un cierto grado asumible de violencia, posee una buena estructura narrativa y dramática acompañada de compactas interpretaciones aunque, su punto más fuerte es la idea que plantea, la lucha del hombre contra el mismo y contra las normas de la sociedad, dejando abiertas muchas cuestiones cuyas respuestas quedan en manos del espectador, un acierto y una grata sorpresa que nos ofrece Alejandro Butrón cuyo texto ha sido Premio a la Creación Artística 2016 Federico García Lorca Universidad de Granada, algo que no es de extrañar al comprobar la inteligencia con que es tratada una situación que pone al individuo frente a su propio lado oscuro.

La sed se calma bebiendo, pero afortunadamente nuestra sed no se calma en esta obra, ya que la propuesta no da respuestas, no da soluciones, no nos otorga la fórmula magistral contra nuestros demonios pero, sabe plantear cuestiones desde prismas diferentes para que cada persona pueda mirar y el que quiera, incluso ver más allá de lo obvio.

FICHA:

Autor: Alejandro Butrón Ibáñez

Dirección: César Barló

Intérpretes: Sauce Ena, Mariano Rochman

Espacio y Vestuario: Juan Sebastián Domínguez

Iluminación: César Barló

Espacio Sonoro: Lisi Búa

Producción: Doble Sentido Producciones

Distribución: Mara Bonilla