En uno de los jardines de su castillo, el príncipe Sigfrido celebra, junto con sus amigos, su cumpleaños. Su madre, la reina, le avisa de que le ha preparado una fiesta al día siguiente donde ha invitado a muchas jóvenes con el propósito de que elija esposa. Pero Sigfrido conocerá a una joven princesa cisne Odette que le hará creer que es víctima de un sortilegio del brujo Rothbart. A partir de ahí el joven príncipe caerá en la trampa del brujo mientras cree que con su ayuda liberará a la joven Odette del embrujo, jurándole su amor.

La compañía Classical Russian Ballet presenta el lago de los cisnes, compuesto por Piotr Ilich Chaikovski. Los cuatro actos de la obra se desarrollan en una escenografía sencilla y sin muchos artificios pero lo suficiente para marcar y definir los espacios en que transcurre la acción; un buen vestuario colorista y clásico cumple la función de identificar al príncipe, reina, Odette, el malvado mago y un muy divertido bufón; una coreografía grácil, muy clásica, potente y bien realizada hacen que las 2 horas que dura el ballet, se pasen de una manera amena y muy agradable.

Incompresiblemente el audio, la genial y archiconocida música de Chaikovski, tenía problemas a los pocos segundos de cada tema.

Como ya he mencionado la coreografía es del todo clásica aunque choca al espectador un número ligeramente inspirado en sevillanas/flamenco que rompe con el clasicismo de la obra y que se ve un poco forzado.

Como personajes principales tenemos:

Príncipe Sigfrido, protagonista masculino de la obra que, aun teniendo una buena potencia y ser técnicamente bueno, en algunas ocasiones parecía más que estuviera en un ejercicio de suelo en un campeonato de atletismo que en un escenario ya que se preparaba mucho antes de iniciar una pirueta.

El bufón de la corte, personaje colorista y con muy buena técnica y potencia, era el encargado de romper la cuarta pared y pedir repetidamente al público el aplauso, merecido algunas veces otras no. Un personaje simpático que ayuda a la compresión de los acontecimientos y servía de apoyo a personajes más estáticos.

El malvado mago, antagonista del príncipe. Muy buena interpretación y ejecución del baile. Grandes saltos y fluidez en los movimientos cumpliendo perfectamente el papel de malo de la obra. En algunos momentos su actuación se ve ahumada debido a la gran cantidad de humo y la poca iluminación del escenario.

Odette, la protagonista de la historia y primera bailarina. Una gran bailarina frágil e inocente en su papel de cisne mientras que es dura y malévola en su papel de Odile (el cisne negro). Técnica y grácil con una muy buena interpretación de la coreografía y el dramatismo de las escenas. Merecidamente se llevó un montón de ovaciones por parte del público y la ovación final fue para ella.

Un espectáculo digno de ver, con buenos momentos por parte de la mayoría de la compañía y sus primeras figuras muy buenas. Una muy buena ocasión de ver y disfrutar de este clásico del ballet y su música que ya forma parte de la historia.