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información:
(EN ROJO INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO):
"Yo. A mí. De mí” cuenta la historia de tres mujeres presas de tres tipos de violencia machista, tres clases sociales diferentes y las tres enjauladas en una sola pregunta: "¿Qué es lo que no hice bien?" Tres mujeres que han hecho del verbo "ceder", su bandera.
"Yo. A mí. De mí" nos lleva de la mano de Don Federico al jardín de la alegría, un lugar dónde las niñas no pueden jugar, sólo limpiar"
Enmarcado dentro del festival Surge Madrid 2019, Lagrada producciones teatrales estrena un espectáculo que profundiza en el drama de la violencia machista por medio de la historia de tres mujeres.
Interpretada por las actrices Sara Gallardo, Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez, quienes se meten en los papeles tanto femeninos como masculinos, la función narra la realidad del amor y el dolor. Un show que se aventura en lo privado y en lo público dando pie a las reacciones de unos y otros.
Y es que cada una de las protagonistas es diferente. Cada una es de una clase social y tiene una personalidad muy marcada. Pero las tres sufren la lacra de la violencia machista en sus carnes. Todas ellas se sienten vulnerables y culpables sin saber por qué. Y una y otra vez se preguntan qué es lo que han hecho mal para merecerse ese trato abominable. De tal forma, el proyecto nace sobre la idea de expresar cómo el machismo puede neutralizarse y contrarrestarse mediante la unión y el aprendizaje de las mujeres a través de una analítica sobre sus propios comportamientos.

comentario:
YO. A MÍ. DE MÍ., propuesta cuyo origen parte de la idea de Cristina Rodríguez Expósito, se ha llevado a escena gracias a la propia Cristina Rodríguez junto a Dakota Suárez que han creado una dramaturgia que trata de profundizar en el drama de la violencia machista a través de tres mujeres diferentes que sufren esa lacra. Bajo la dirección de Miguel Ángel Gutiérrez y Cristina Rodríguez Expósito, la compañía Lagrada producciones teatrales indaga no solo sobre la violencia de género, también sobre los mecanismos utilizados por la sociedad patriarcal para normalizar ciertos comportamientos a todas luces inaceptables.
Sara Gallardo, Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez dan vida a tres mujeres muy diferentes que, aunque coincidieron en algún momento de su vida, poseen educación y ocupaciones diferentes. Todas ellas comparten sentimientos comunes (culpabilidad, inseguridad, etc.) como resultado de un proceso de educación que parte de la infancia y que está plenamente integrado dentro de la sociedad. Pero, Sara Gallardo, Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez no solamente dan vida a estas tres mujeres, también al resto de personajes (femeninos y masculinos) que interaccionan con sus personajes principales en la propuesta.
Según la idea que la compañía nos expone al comienzo: ‘el proyecto nace sobre la idea de expresar cómo el machismo puede neutralizarse y contrarrestarse mediante la unión y el aprendizaje de las mujeres a través de una analítica sobre sus propios comportamientos’, ciertamente, esta idea está tenuemente presente durante el desarrollo de la propuesta donde se evidencia más la indagación sobre el aprendizaje desde la infancia de unos marcados roles de géneros, presentes tanto para hombres como en mujeres. De esta forma, la propuesta muestra a tres mujeres sometidas a diferentes situaciones de maltrato: el producido por la presión social (que impone la propia sociedad y sus integrantes), sobre las mujeres basándose en el supuesto papel de la mujer (maternidad, matrimonio, pareja, cuidadora, etc.), el producido por la violencia de física y psicológica, el maltrato en situaciones de sometimiento y control, etc.
La propuesta comienza con unas niñas que cantan canciones infantiles cuyas letras retratan situaciones más o menos normalizadas en nuestra sociedad que incluyen de abuso, degradación, sumisión, explotación, etc. Un comportamiento socialmente admitido y alentado, que normaliza en la mente de los más pequeños valores sesgados tanto en las niñas como en los niños, de esta forma, en la propuesta se van intercalando escenas donde un grupo de niñas cantan y juegan, con escenas donde se producen diferentes formas de violencia contra la mujer con protagonistas ya adultas.
A estas alturas de la vida, es evidente que muchas de las canciones infantiles, juegos, películas, cuentos, etc., de la infancia de nuestras abuelas, madres e incluso la nuestra, poseían y poseen una fuerte carga de machismo, hoy en día, no nos libramos de ello, de la normalización de un comportamientos a todas luces intolerable en una sociedad equilibrada y actual, aun así estamos bombardeados diariamente con mensajes e imágenes en redes sociales, televisión (sobre todo en anuncios), cine, etc., que cosifican, degradan, putifican, etc., a la mujer.
Una muestra de ello, lo encontramos en esta propuesta donde aparecen diversas canciones que representan estas acciones, como por ejemplo: ‘Don Federico’ un ‘pieza’ que lo tiene todo…. ‘Don Federico mato a su mujer, la hizo picadillo y la hizo a la sartén, la gente que pasaba, olía a carne asada, era la mujer de don Federico’. Pues nada, tan ricamente cantando la violencia de género, el asesinato, el descuartizamiento, etc.
Y seguimos con los roles de género, los días de la semana y los payasos: ‘Lunes antes de almorzar, una niña fue a jugar, pero no pudo jugar, porque tenía que lavar….’ Para no continuar con la traca de la cancioncita, resumiré que la niña en cuestión pasa la semana entre lavar, planchar, coser, cocinar, barrer, etc. Y si no te gusta pues ‘Arroz con leche’: ‘Arroz con leche, me quiero casar, con una señorita, que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta, para ir a jugar’ o en su defecto ‘que sepa la tabla de multiplicar’. O te vas a ‘El jardín de la alegría’ que allí siempre puedes encontrar un novio porque no tener marido te deja en un rol de solterona, amargada, incapaz, etc. ‘Al jardín de la alegría, quiere mi madre que vaya, por ver si me sale un novio, el más bonito de España’.
Pero las niñas de la propuesta son de las que si pueden ir a jugar (se ve que ya lo han dejado todo lavado, planchado, cocinado, etc.) y que mejor una otra cancioncilla como ‘El Barquero’ que en su versión más popular, apuesta por la cosificación de la mujer ‘Al pasar la barca, me dijo el barquero, las niñas bonitas, no pagan dinero…’ (eso sí, aquí la niña lo deja claro 'yo pago dinero como otra mujer'). Y siguiendo en el agua, podemos pasar de barquero a capitán: ‘Soy capitán, de un barco Inglés y en cada puerto tengo una mujer. La rubia es fenomenal y la morena tampoco está mal. Si alguna vez me he de casar, me casaré con... (y se hace una especie de rifa)'.
Y todo eso sin contar con momentazos como los de ciertos cuentos infantiles que dejan en evidencia comportamientos claramente sexista, con mujeres siempre limpiando, sufridoras y sumisas (o todo lo contrario, malvadas, brujas, etc.), esperando ser salvadas o rescatadas por un príncipe con un criterio de selección, cuanto menos curioso, para encontrar a su compañera de vida (que entre el pie en un zapato, etc…).
Así, en esta propuesta, las canciones infantiles se utilizan para visibilizar un machismo socialmente instalado que degrada a la mujer, la cosifican e invitan a normalizar la violencia, etc. Durante años (y en la actualidad) se siguen cantando y contando a l@s más pequeñ@s este tipo de cosas, y muchas veces, sin que los adultos seamos totalmente conscientes de los mensajes que realmente lanzamos, está claro, que ser padre / madre implica una gran responsabilidad… Pues bien, estos momentos infantiles se intercalan con las escenas en las que nuestras protagonistas interaccionan con su entorno y viven las diferentes situaciones de violencia machista, esta visualización tiene, indudablemente su valor, aunque en su puesta en escena, el tratamiento global tiende a simplificar y estereotipar personajes y situaciones.
La escenografía es casi inexistente, unos paneles oscuros y móviles sirven para cambiar de escena, utilizándose como espacios de transición, interacción, etc., una buena solución en una propuesta que intenta no desviar el mensaje con elementos accesorios, aunque también nos ofrecen algunos momentos de humor dentro de la propuesta, que ayudan a rebajar su carga.
Las interpretaciones de Sara Gallardo Muñoz, Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez, son correctas y comprometidas, y aunque es un trabajo en equipo resalta especialmente la interpretación de Sara Gallardo Muñoz que convence igualmente en las escenas más jocosas como en las de mayor carga dramática.
Una propuesta correcta y visibilizadora que termina aportando un espacio esperanzador para construir un presente y un futuro donde el respeto sea universal.
ficha:
Autoría: Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez
Dirección: Miguel Ángel Gutiérrez y Cristina Rodríguez Expósito
Intérpretes: Sara Gallardo, Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez
Diseño de iluminación: Cristina Rodríguez Expósito y Antonia Domínguez
Espacio sonoro: Héctor Trujillo
Idea: Cristina Rodríguez Expósito
Puesta en escena: Miguel Ángel Gutiérrez
Proceso creativo: Alba Martínez Centenera y Sara Gallardo
Proceso creativo: Cristina Rodríguez Expósito y Dakota Suárez
Técnico de iluminación: Stefan Pitic
Compañía - Lagrada producciones teatrales