información:

La Shica se define como una coplera posmoderna y deslenguada, una iconoclasta recalcitrante que domina el arte de la sensualidad, la sorna y la picardía. Y sin embargo, Pequeñas Infidelidades, supera todas esas expectativas y provocaciones anteriores.

El espectáculo es un recorrido con voz y guitarra por las calamidades del amor no correspondido, que se hace gozoso, desmadrado y tronchante, a pesar de los arañazos que arrastre el alma del espectador. Elsa Rovayo (La Shica) convierte la anécdota en pura dinamita, y la velada aporta fulminantes chorretones de humor inteligente y una voz más nítida y matizada de lo que le habíamos oído nunca.

La Shica se nos presenta guerrera. Es una mujer arrolladora, decidida y de mirada desafiante que se dispone a decir cuatro cositas preclaras sobre las miserias del (sub)género humano. Pero, más allá del humor y las reminiscencias cabareteras, ella sabe entrelazar un sabroso repertorio de féminas rompedoras, desde La Lupe a Paquita la del Barrio, Martirio, Chavela Vargas.., incluso ¡Pimpinela!

(EN ROSA INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO).

comentario:

Pequeñas inseguridades es un espectáculo presentado por La Shica en 2012/13 y que ahora recupera, en parte, para celebrar la primera edición de Un-Ca Fest. La Shica aparece en escena de espaldas al público y así interpreta su primer tema, mientras su guitarrista habitual, Josete Ordóñez le recuerda que no es normal que se pase toda la sesión de espaldas al respetable.

Comenzamos con la talentosa voz de La Shica y con mucho sentido del humor, ya que dentro de las calamidades del amor, parece que existen otras cosas tan calamitosas o no (a gusto del consumidor) que marcan la vida de la gente y la de La Shica en particular, ya que en este caso, se presenta ante nosotr@s sin sus habituales medias de rejilla, ni cuero apretado, etc., la estética de la artista se ha visto afectada por la, no muy lejana, llegada de un nuevo miembro dentro de su familia.

Así que, La Shica aprovecha esta circunstancia y nos cuenta las calamidades del amor, pero jugando con aquellas cosas que debe conocer o escuchar (o tal vez no), ese ser que se encuentra creciendo dentro de su cuerpo y que también escucha y canta sus anécdotas e historias de amores pasados y tiempos más o menos lejanos.

Con mucho sentido del humor y desparpajo La Shica nos lleva por un recorrido con toques personales, entre el amor, el desamor, el sexo, la exploración, etc., y entre anécdota y anécdota, una canción de esas que existen en el subconsciente colectivo y que son difíciles de no tararear o cantar, y para muestra un botón, ya que parte del patio de butacas termina en el escenario cantando a pulmón partido.

En el hilo argumental del espectáculo, el amor no correspondido sigue su camino, encontramos el prototipo de caradura, el macho ibérico, y demás protagonistas de la jungla amorosa, llegamos a ellos con muchos humor, entre divertidas anécdotas, a veces con cierto tono de venganza, otras con tono de olvido y otras cargando un poco más las tintas de la ira, pero siempre con mucho humor y desparpajo, escenificando venganzas imposibles y otras más posibles a ritmo de copla, taconeo, pop, rumba, etc., pasando por Pimpinela, Pantoja, Rocío Jurado y hasta la balada en portugués de Noel Rosa ‘Ultimo Desejo’ de melodía sosegada y envolvente.

Un espectáculo que aunque tiene una estructura y una línea argumental clara, se va creando y construyendo sobre la marcha, con las sensaciones que el público transmite y las que La Shica junto a Josete Ordóñez sienten, y es que, con una sola mirada o un pequeño gesto se comunican, apuestan y construyen sobre una base de temas escogiendo el más apropiado para cada ocasión. Naturalidad, profesionalidad y compenetración es lo que define a estos dos artistas tan completos que saben comunicarse a la perfección.

Así que, disfrutamos de diez temas variados, interpretados por la excelente y melódica voz de La Shica, temas que visten un argumento lleno de humor, simpático en unos momentos y más canalla en otros, con la complicidad de Josete Ordóñez y de la pequeña que va creciendo poco a poco en el interior de Elsa, y que en esta ocasión tiene un especial protagonismo. Todo aquel o aquella que haya asistido a un espectáculo de La Shica conoce esa manera tan particular de conectar con el público que posee, la unión entre desparpajo, naturalidad y honestidad que se completa con su excelente voz y su aparente falta de vergüenza, termina por enganchar al espectador, que lo único que debe hacer es dejarse arrastrar por su fuerza y disfrutar a tope con el espectáculo, y esta vez no es diferente, diversión y música con el estilo peculiar de La Shica.

 

ficha:

COMPAÑÍA: La Shica