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información:
(EN ROJO INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO):
La omisión de la familia Coleman lleva más de 2.000 funciones y la han visto más de 265.000 espectadores de 22 países. Esta es su gira de despedida.
Una familia viviendo al límite de la disolución, una disolución evidente pero secreta; conviviendo en una casa que los contiene y los encierra, construyendo espacios personales dentro de los espacios compartidos, cada vez más complejos de conciliar. Una convivencia imposible transitada desde el absurdo devenir de lo cotidiano, donde lo violento se instala como natural y lo patético se ignora por compartido.
comentario:
LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN, de Claudio Tolcachir regresa a Madrid, junto a la compañía Teatro Timbre4, para poner punto y final a la gira de despedida internacional de esta particular familia, han sido más de 2.000 funciones por 22 países diferentes, y más de 13 años en cartel, todo un fenómeno teatral. Desde su estreno en 2005 en Buenos Aires, esta peculiar familia ha paseado su disfuncionalidad por todo el mundo para alegría de l@s espectador@s. LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN es una propuesta singular, donde la locura emocional y la manipulación campan a sus anchas, pero no debemos olvidar que debajo de todo el surrealismo, la ironía y el absurdo de la propuesta, existen personajes cuya necesidad de afecto y seguridad les atrapa en una convivencia cuanto menos ‘poco sana’.
Estamos ante un núcleo familiar formado por diversos prototipos de marginación personal, social, mental, etc., unidos por un elemento cohesionador, la figura de la abuela, una mujer que mantiene con sus lazos invisibles, unida a una familia cuyos miembros parecen cómodamente atrapados en una tela de araña que les sustenta, pero cuya fina estructura empieza a perder fuerza y resquebrajarse, de forma que cada miembro de la familia tendrá que tomar la decisión de volar en libertad, no enterarse de la ruptura y las nuevas condiciones de la tela, buscar una nueva tela de araña donde volver a engancharse, fabricar una nueva, etc.
Abandono y abandonad@s, extorsión, hij@s que asumen el rol de cuidadores, desarraigo emocional, traumas de la infancia no superados, búsqueda desesperada de cariño y atención, etc., todo ello lo encontramos en esta propuesta donde la mezcla de drama, locura e incomprensión con humor e ironía, gracias a su forma de tratamiento, da como resultado momentos divertidos y chocantes, pero al encontrarnos frente a personajes tan peculiares, entre la simpleza y la deshumanización, no debemos confundir la forma en que se han construido con la idea de que son simples o vacíos, todo lo contrario, cada uno de estos personajes carga con una cruz emocional, física o mental, o una combinación de todas ellas, que les lleva a participar voluntariamente en un juego constante de manipulación emocional en el que, participan todos los miembros de la familia.
Una de las cosas que llama la atención en esta propuesta es, desde luego, la construcción de los personajes, más allá de que se crearan a través de un trabajo colectivo o individual, su riqueza se muestra en la variedad y tipología de sus personalidades, su forma de aceptación de la situación, su amargamiento personal y la forma en que ejercen la violencia hacia el otro. Estos personajes más allá del amor o del odio, se necesitan, y su interacción ‘toxica’ mantiene viva la respiración de esta célula familiar, en un tira y afloja emocional que se muestra desde la cotidianidad de una familia que tiene poco de cotidiana, más bien es enfermizamente manipuladora y agresiva, casi depredadora, pero utiliza en sus ataques, emociones y sentimientos cercanos y familiares.
Por ello, esta obra escrita y dirigida por Claudio Tolcachir resalta también, por la forma en que expone la historia de esta familia a lo largo de unos días decisivos, partiendo de personajes al límite de la exclusión y tratando con crudeza temas como el desarraigo, la falta de referentes, la muerte, etc., pero con la inteligencia necesaria para combinar drama con un tono de humor cínico e irónico, a la par que muy negro que atrapa al espectador, por mezclar el sabor dulce y amargo en una combinación casi perfecta.
La supervivencia de cada miembro de la familia implica entrar y formar parte de esta dinámica de locura, enfrentamiento y manipulación con que se mueve la familia, donde cualquier acción cotidiana da pie a que comience el ataque, llevar la ropa a lavar, preparar el desayuno, visitar en el hospital, etc., cualquier disculpa es buena y sirve para poner el foco del ataque sobre cualquier miembro de la familia con la naturalidad de aquellos que están acostumbrados a hacer de ello su forma de vida. Una forma de funcionar agotadora y que requiere mucha energía, aguante y agudeza de cada miembro de la familia, pero el desgaste pasa factura, incluso siendo esta una forma cotidiana de interacción.
Pero, si bien la acción se centra en los personajes de la familia, y en la interacción de cada miembro de la familia con el resto (la abuela, hija y nietos), a medida que se suceden las escenas con sus suaves transiciones, se destaca la existencia de personajes ‘externos’ a la familia, que enriquecen, redondean y acotan el entorno familiar, en dos vertientes diferentes: una ‘invisible’ es decir, personajes preservados de la interacción directa con la familia (marido e hijos de Verónica) y personajes que interaccionan directamente (médico y chofer) que se enfrentan a la ‘locura’ de esta familia y que asumen un papel más cercano al público como espectadores que se enfrentan de golpe al intento de comprender la forma disfuncional de comportamiento de esta familia.
Pero además, LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN, como su propio nombre indica, es una historia de ‘omisiones’, ya que la propuesta pone en evidencia, paso a paso, cada uno de los aspectos donde la ‘omisión’ está presente, empezando por la comunicación, por las cosas de las que no se habla o de las que se habla de forma confusa y atacante, etc. hasta la omisión de un punto de referencia familiar, de un punto de retorno, de la salud, de la figura masculina asociada a la cabeza de familia (padre, abuelo, etc.), de conversaciones sinceras, de referentes éticos y morales, de una identidad propia de cada miembro de la familia que se diluye en la locura del resto y el día a día (cumpleaños de la abuela) y la identidad de los personajes que podrían introducirse para sustentar los cimientos de la familia (el marido y los hijos de Verónica), del cariño, etc., sin olvidar las referencias a ‘omisiones’ más ‘mundanas’ y superficiales como las que ocurren con las cosas pequeñas y de funcionamiento cotidiano como el mal funcionamiento del teléfono, el timbre, etc. El punto de mira de la propuesta se pone sobre todas estas ‘omisiones’ que unidas a la desaparición de la figura de la abuela, elemento compactador de la familia, precipitarán la desestructuración de la familia Coleman.
El elenco formado por Jorge castaño, Diego Faturos, Candela Souto Brey, Adriana Ferrer, Cristina Maresca, Jose Frezzini, Fernando Sala y Macarena Trigo realizan un trabajo excelente, creíble y cercano, llevándonos de la risa al estupor sin problemas. Tod@s realizan un magnífico trabajo aunque, por el propio protagonismo de los personajes, destacan Cristina Maresca dando vida a esta compactadora abuela, Adriana Ferrer como Memé, la hija del personaje de Cristina, madre de cuatro hijos de diferentes padres, y de personalidad infantil y aparentemente simple, que nos ofrece un momento final sin desperdicio, sus hij@s Gabi (Macarena Trigo), Damián (Diego Faturos), y Marito (Fernando Sala) personaje peculiar que pone la guinda final, original y rotunda a la propuesta, gracias a la honestidad y naturalidad de su interpretación. Además, tenemos a Verónica (Candesa Souto), también hija de Memé, criada fuera de la familia, personaje con unos lazos de dependencia nacidos por su sensación de deber algo a la familia en la que no fue criada. Por último, los personajes 'externos' de Jorge Castaño y José Frezzini, médico y chofer respectivamente.
Con una inteligente puesta en escena, se desarrolla una historia bien construida con múltiples puntos de análisis, mostrando una equilibrada sucesión de escenas, actos y personajes, así como un excelente control del ritmo. LA OMISIÓN DE LA FAMILIA COLEMAN, nos ofrece un constante juego entre drama – ironía, donde la forma en que se transmiten las acciones mezclado con una puesta en escena realista (que llama a la cotidianidad), con toques del teatro del absurdo, hacen de esta pieza una experiencia muy especial, que encantará a un@s y exasperará a aquell@s espectador@s que nos les sea fácil asumir tanta locura y falta de control en la vida, aunque en cualquier caso, como espectador@s, observar a la familia Coleman es toda una experiencia.
ficha:
Dirección: Claudio Tolcachir
Intérpretes: Jorge castaño, Diego Faturos, Candela Souto Brey, Adriana Ferrer, Cristina Maresca, Jose Frezzini, Fernando Sala, Macarena Trigo
Producción: Teatro Timbre4 / Maxime Seugé y Jonathan Za