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información:
Inspirado en de dos cuentos crueles de la narrativa latinoamericana “El cobrador”, y “El poeta local”, El club de la tragedia, Monólogos para no reír, propone una mirada cruda y compasiva sobre dos destinos humanos marcados por la tragedia.
Los tiempos no están para bromas. Aunque el humor ha sido siempre, desde los orígenes mismos del teatro, un poderoso instrumento de indagación sobre la condición humana, parece que hoy predomina en la escena una versión banal de la risa que solo aspira a entretener y a eclipsar la miseria del mundo.
El Club de la Tragedia sugiere la íntima relación entre el dolor propio y el daño ajeno: puesto que yo sufro, otros deben pagar por ello. Esta es a menudo la ley del más débil.
El Club de la Tragedia son textos breves de la mejor narrativa latinoamericana adaptados y dirigidos por José Sanchis Sinisterra. En la frontera entre el relato y el teatro, estas dos piezas abren un territorio experimental basado esencialmente en la relación actor-texto, soporte esencial de la teatralidad.
Dos destinos humanos marcados por la tragedia: El cobrador, del brasileño Rubem Fonseca y El poeta local, extraído de “Respiración artificial”, de Ricardo Piglia, constituyen la base literaria de un espectáculo que aspira a extraer toda su fuerza comunicativa de la palabra y de la interpretación.
(EN ROSA INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO).
comentario:
EL CLUB DE LA TRAGEDIA, no es un proyecto nuevo dentro del ‘NTF’, ya en 2013 se presentó como formato solidario para ayudar a salvar el ‘Nuevo Teatro Fronterizo’ a través de la iniciativa CÓMPLICES. En 2013 EL CLUB DE LA TRAGEDIA estaba compuesto por tres relatos cortos que proponían al espectador una indagación sobre los aspectos más extremos de la condición humana, relatos duros y cargados de cierta ironía, donde los protagonistas basaban su propio bienestar en el dolor ajeno.
Ahora, EL CLUB DE LA TRAGEDIA vuelve y esta vez lo hace en el Teatro Galileo de Madrid, dentro del ciclo LOS MARTES FRONTERIZOS, en un formato compuesto por dos monólogos, dos cuentos crueles seleccionados de la narrativa latinoamericana más conocida, siendo en esta ocasión, ‘El cobrador’ de Rubem Fonseca y ‘El poeta local’ de Ricardo Piglia, adaptados y dirigidos por José Sanchis Sinisterra.
El primer relato presentado es ‘El poeta local’, extraído de ’Respiración artificial’, de Ricardo Piglia, con adaptación y dirección de José Sanchis Sinisterra, que tiende a dejar a un lado el argumento ‘principal’ de la obra, la indagación literaria que plantea la relación / enfrentamiento entre escritores e intelectuales y el ‘poder’ durante la época de la dictadura militar Argentina, para centrarse en la relación personal entre dos personas, un escritor de cierta relevancia con una mujer anónima que le escribe cartas, una relación más local (dejando a un lado posibles metáforas con la temática general al descontextualizar el fragmento), en este encuentro entre el poeta local, que recibe cartas de múltiples admiradoras, y de una mujer cautivadora aunque físicamente poco agraciada, pero que le supera intelectualmente.
Balbino Lacosta da vida al poeta, escritor sin escrúpulos que destruye las esperanzas ajenas cuando se siente amenazado, pero sus armas de destrucción son las palabras, mentiras crueles y desgarradoras que utiliza aprovechando su posición de superioridad. Un monologo de estilo clásico en su forma y de original contenido, de crueldad sutil, más psicológica y emocional frente a la violencia más directa que se presenta en el siguiente relato.
El segundo monólogo corresponde con ‘El cobrador’, del brasileño Rubem Fonseca, un clásico del relato negro, un texto muy duro de excelente construcción que nos sitúa frente a un asesino sin piedad que apoya su forma de comportarse en la supuesta deuda que el mundo tiene con él, de esta forma, cada persona que se cruza en su camino sufrirá su venganza de forma totalmente aleatoria. Pero, nuestro protagonista encontrará el amor y esto dará lugar a que sus crímenes adquieran una nueva dimensión e incluso un nuevo significado.
Jordi Buisán es el protagonista de este relato donde el dolor es físico al igual que la interpretación, más dura y directa que en el caso anterior, Jordi Buisán suda la camiseta en todos los sentidos, física y emocionalmente, en un texto directo, fuerte, sin escrúpulos, salvaje, como el propio personaje.
EL CLUB DE LA TRAGEDIA, monólogos para no reír, nos ofrece dos monólogos donde la narración tiene un gran peso, la fuerza de la propuesta se sitúa en el texto y en el puro trabajo interpretativo, teniendo gran importancia la dirección. En ese sentido, ambos relatos se muestran bien medidos e interpretados por lo que son altamente disfrutables dentro de la dureza de los textos. Las interpretaciones son intensas y de calidad, en consecuencia, los personajes son capaces de producir en el espectador la incomodidad necesaria y propia de su naturaleza psicológica, patológica y social, esta buena construcción hace que sean son creíbles y verosímiles. Ambos monólogos se presentan en un tono muy bien medido, desde luego no son para reír, pero si para disfrutar de un buen texto y unas solidas interpretaciones e indagar sobre ese punto cruel e incontrolable de la naturaleza humana.
ficha:
“El cobrador”, de Rubem Fonseca
“El poeta local”, de Ricardo Piglia
Adaptación y dirección: José Sanchis Sinisterra
Intérpretes: Jordi Buisán y Balbino Lacosta