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Foto: © Alberto Nevado
información:
La comedia de magia es un género espectacular y multidisciplinar específico del siglo XVIII español, y sin duda el más exitoso del momento. Conformada por diferentes fuentes e influencias, está también en sintonía con el teatro europeo de la época, dominado por la figura de Metastasio. Es un espectáculo de carnaval y contiene motivos como el disfraz, el mundo al revés y la burla a la autoridad. El personaje del mago o maga aparece siempre, y la magia, basada en la tradición renacentista, es el motor de la acción. El elemento escenográfico también es primordial y el discurso visual se construye de manera emblemática, como en la fiesta barroca. Pero en la comedia de magia también se funden ideas propiamente dieciochescas, de ahí que el apelativo que mejor defina su estética sea el oxímoron de barroco ilustrado.
La obra que presentamos es la primera parte de la serie Cuando hay falta de hechiceros lo quieren ser los gallegos, y asombro de Salamanca (1741). Su protagonista es la maga Cristerna, personaje inspirado en los trasuntos calderonianos de la reina Cristina de Suecia. Los gallegos hechiceros del título son la maga y sus criados, es decir, los actores para los que está escrita: Petronila Jibaja, Rosa Rodríguez y Juan Plasencia.
Los temas son los habituales del autor: la igualdad de género y clase y la defensa de la ciencia y la educación, presentados con risa y chanza. Es especialmente relevante la mutación que da fin a la primera jornada, en la que una mujer maga, criada y escenógrafa ocupa el lugar del dios Apolo y del rey, operando un desplazamiento simbólico que coloca el conocimiento en el lugar del poder y anuncia la emancipación intelectual y política.
Esta dramatización está interpretada por un elenco de características similares al del estreno, y la circunstancia de la lectura se integra recreando un ensayo al estilo de la época, buscando las analogías entre procedimientos e imaginarios del XVIII y contemporáneos. De ahí que el Teatro de la Comedia sea el lugar idóneo para su recuperación.
Queremos que el espectador de hoy disfrute del efecto que producía la magia de la tramoya, la plástica y la música y experimente, como entonces, la libertad, la abundancia y la igualdad implícitas en el carnaval y la magia. Por eso, para este reestreno contamos, como ocurría en la época, con música nueva, diseños originales y elementos reciclados de libertina estética rococó, todo con el fin de lograr el asombro y el encanto. Ana Contreras.
Nicolás González Martínez Es el autor más importante, prolífico y silenciado de las décadas centrales del siglo XVIII. Se conservan alrededor de cincuenta obras suyas. Colaboró con los principales artistas y músicos de la época, como José de Nebra, con quien renueva la zarzuela clásica, e influyó en escritores como Ramón de la Cruz. Seguidor de Calderón, extrae gran parte de sus tramas de la historia antigua. Fue también censor de comedias.
(EN ROSA INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO).
comentario:
La Compañía Nacional de Teatro Clásico recupera una de las grandes obras del periodo barroco español por medio de una dramatización de esta comedia de magia escrita por Nicolás González Martínez, CUANDO HAY FALTA DE HECHICEROS LO QUIEREN SER LOS GALLEGOS, Y ASOMBRO DE SALAMANCA, que se ha podido ver el día 21 de mayo de 2018 en el Teatro de La Comedia de Madrid.
Esta obra, englobada dentro de la comedia de magia del teatro español del siglo XVIII (género teatral musical y espectacular ampliamente difundido durante la época como teatro popular), fue poco a poco, perdiendo su vigencia. Estas comedias, son un claro reflejo de una época concreta donde las temáticas sobre magia estaban en plena efervescencia, representándose multitud de obras que incluían esta temática y que se caracterizaban por sus tramas, su estética y su música carnavalesca, con vistosos trajes, disfraces, máscaras, etc.
En el caso que nos ocupa, llama la atención que siendo una dramatización, no una puesta en escena al uso, no se haya recurrido al típico recurso de leer el texto sobre un atril sino que se haya optado por realizar prácticamente una escenificación teatral. Una grata sorpresa, ya que esta dramatización ha contado con diversos elementos dignos de resaltar.
En primer lugar, tenemos un amplio elenco formado por (en orden de intervención): José Bustos, Ernesto Arias, Fernando Sansegundo, Nieve de Medina, Paula Iwasaki, Alba Recondo, Pablo Vázquez, Esther Isla, Manuel Tiedra, Raquel Vicente y José Luis Patiño todos bajo la dirección de Ana Contreras y de Manuel Benito como ayudante de dirección.
La versión de la obra de Nicolás González Martínez ha sido realizada por Ana Contreras y Rubén Contreras, y se caracteriza por mantenerse fiel a la obra original del autor, aunque como es lógico, se han suprimido versos para adecuar la comedia a una puesta en escena de duración limitada (aproximadamente una hora y media), donde su protagonista Cristerna, queriendo vengar un agravio hace uso de sus mágicos saberes e independencia de criterio provocando el asombro de la sociedad de la época y causando su persecución por parte de la autoridad. Pero, Ana Contreras que además dirige la propuesta, ha incorporado toques propios enfatizando el metateatro, el uso del espacio escénico y de los espacios aledaños, el vestuario de época, una escenografía clásica que incorpora elementos que evocan a la magia, efectos visuales muy efectivos a la par que originales, etc., demostrando su amplio conocimiento de la obra y marcando una tirme y eficaz dirección, y aunque llama la atención tanto despliegue en un proyecto de tan corto recorrido, no es de extrañar que se presente de una forma tan cuidada y metódica, ya que Ana Contreras posee un amplísimo conocimiento sobre las comedias de magia, tema que fue parte de su tesis en la Universidad Complutense de Madrid (2016), presentando un estudio de la ideología, estética y puesta en escena de la comedia de magia del siglo XVIII en los coliseos de Madrid, en el contexto político y social. Esta tesis titulada ‘La puesta en escena de la serie de comedias de magia ‘Cuando hay falta de hechiceros lo quieren ser los gallegos y asombro de Salamanca’ (1741-1775), de Nicolás González Martínez’, comienza en el punto donde concluía el trabajo sobre comedia de magia del XVIII emprendido por Joaquín Álvarez Barrientos que indagaba en las razones del éxito de este tipo de comedias en el siglo XVIII.
Con la ambientación y miniaturas de Alicia Blas y el vestuario de Lara Contreras, se destaca el texto y las formas, así como el carácter de los personajes y la diversidad de tramas de enredo amoroso que dan un protagonismo especial al papel de la mujer, y aunque no se hace especial hincapié en los elementos simbólicos (aunque existen), la aportación de un rico vestuario y un maquillaje que remarca el efecto de máscara con caras blancas y colorete rojo, etc., da mucha vistosidad y significado a la propuesta. Uno de los puntos importantes de este tipo de comedias es la música y en esta ocasión tampoco ha faltado, bajo la dirección musical de Germán Labrador hemos disfrutado de algunos temas en riguroso directo a una voz, a dos voces y con coros, solo ha faltado un baile para ofrecernos una obra de la época al uso, otra vez será...
¿Quién ha dicho que esta propuesta es una dramatización?... Pues sí, y con apenas una semana de ensayos se ha producido la magia, gracias al intenso trabajo de un numeroso elenco compenetrado y dispuesto a disfrutar y a conseguir que el espectador también disfrute, aportando además, una buena dosis de desparpajo y frescura, la propia caricaturización de los personajes que nos regala una buena dosis de humor y el dominio del texto (algunos de los actores / actrices no necesitaron ni mirar el texto) que en sí mismo es complejo, tanto por su extensión como por estar toda la propuesta en verso (asesoría de verso: Vicente León), excepto los momentos entre partes donde se produce el dialogo más directo con el espectador y los momentos que recurren a la actualidad como espacio temporal. Un trabajo interpretativo que englobando a un elenco con diferentes niveles de excelencia consigue que el cómputo global sea más que satisfactorio. Y como en toda buena comedia de magia, la magia debe estar presente, y para ello se ha contado con la asesoría de magia de Ramón Mayrata y Ricardo Sánchez.
La dramatización de CUANDO HAY FALTA DE HECHICEROS LO QUIEREN SER LOS GALLEGOS, Y ASOMBRO DE SALAMANCA, ha conseguido que una propuesta que a primera vista puede parecer menor (por el tiempo que está programada, etc.), se haya convertido en toda una agradable sorpresa que reivindica el teatro popular del siglo XVIII tan injustamente condenado al olvido (sin hacer de menos a otras dramatizaciones), que espero pueda volver a repetirse.
Y para aquell@s que quieran conocer más sobre las comedias de magia os recomiendo la lectura de la tesis de Ana Contreras. así como el libro de Fernando Doménech (ed.), La comedia de magia: Duendes son alcahuetes y el espíritu Foleto de Antonio de Zamora y El asombro de Francia, Marta la Romarantina de José de Cañizares, Madrid, Fundamentos-RESAD, 2008. 287 pp.
ficha:
REPARTO POR ORDEN DE INTERVENCIÓN:
Polilla: José Bustos
Don Sebastián: Ernesto Arias
Juan Chamorro: Fernando Sansegundo
Cristerna: Nieve de Medina
Doña Mencía: Paula Iwasaki
Inés: Alba Recondo
Toribio: Pablo Vázquez
Doña Paula: Esther Isla
Don Íñigo: Manuel Tiedra
Manuela: Raquel Vicente
Don Facundo: José Luis Patiño
Dirección escénica: Ana Contreras
Versión: Ana Contreras y Rubén Contreras
Ayudante de dirección: Manuel Benito
Ambientación y miniaturas: Alicia Blas
Vestuario: Lara Contreras
Dirección musical: Germán Labrador
Asesoría de verso: Vicente León
Asesoría de magia: Ramón Mayrata y Ricardo Sánchez
Agradecimientos: Juan Antonio Hormigón, Fernando Doménech, Emilio Palacios, Diego Costa, Julio Rojo, Rafa Díaz, Escuela Municipal de Teatro del Ayuntamiento de Madrid, dirección y personal técnico de la CNTC.
Duración aproximada: 1:35min.
Fotos: Compañía Nacional de Teatro Clasico - Teatro de la Comedia