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Plácido y Domingo en su aparente delirio nos llevan de la mano a través de los entresijos de la condición humana. Con el pretexto de no abandonar la infancia: “Ser niño es una cosa muy seria” transitan por su universo particular del que nos hacen partícipes. Hay algo de Vladimir y Estragón en ellos. Plácido y Domingo también esperan a su Godot, esperan el lunes. Son dos personajes suspendidos en una ensoñación, perdidos en su mar de emociones, sensaciones y recuerdos. Son reflexivos, filósofos, poetas, payasos…

Tic tac tic ¡El tiempo mata! Nooo el miedo mata, el olvido mata, la indiferencia, la resignación, la pérdida, la envidia, la superambición… el tiempo nos regala sonidos. Debemos afinar el oído, eso es todo. Dicen cosas muy profundas, desde un prisma de inocencia, protegidos en su pureza se atreven a abordar temas complejos como la propia existencia o la muerte.”

(EN ROSA INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO).

comentario:

CONTRATIEMPOYMAREA es una propuesta de Sonia Madrid, actriz y dramaturga, que nos ofrece un texto rico en matices, lleno de contrastes, capas, subcapas, etc., original y colorista que indaga en la naturaleza humana a través de dos personajes marginales que dicen lo que piensan y piensan lo que dicen desde la perspectiva de aquellos que han tenido todo, pero ahora, no tienen nada. Inmersos en una locura muy cuerda, solo les queda la esperanza de no perderse en la soledad y se consuelan con la compañía del otro, mientras analizan el mundo que les rodea.

CONTRATIEMPOYMAREA es uno de esos montajes sencillos en su forma, sin lujos, sin pretensiones, pero con una base compacta y un trabajo comprometido y profesional que convierten a esta propuesta en una pequeña joyita, como los alótropos del carbono más conocidos, su texto se ha sometido a un proceso de pulido y abrillantado junto a la dirección de Raquel Perez y la interpretación de Iván Villanueva y David González consiguiendo un pequeño diamante que dice mucho y sugiere mucho más.

CONTRATIEMPOYMAREA nos presenta a dos payasos venidos a menos, un contratiempo en sus vidas les ha llevado a su situación actual, pero luchan contra tiempo y marea esperando la llegada del lunes, un punto de esperanza donde todo puede cambiar. Teatro del absurdo que recuerda a la espera de Vladimir y Estragón en ‘Esperando a Godot’ de Samuel Beckett, pero en esta ocasión, son Plácido y Domingo los que esperan. Esperan al lunes, mientras se reúnen día tras día, pero en este caso, el lunes llega y lo hace para recordarnos la fragilidad del ser humano y nuestro inevitable destino. Y mientras esperan hablan, hablan sobre la vida y la existencia, el amor, el mundo, el hombre, la mujer, etc., en un constante juego de palabras lleno de matices en un texto que, disfrazado de locura esconde tras el absurdo una absoluta coherencia.

En escena solo dos personajes Placido y Domingo, Iván Villanueva y David González respectivamente, en un apasionante duelo interpretativo que dispone del tono justo, el tiempo apropiado y un ritmo muy medido por Raquel Pérez directora de la propuesta, podríamos pensar que en algunos momentos puntuales el ritmo se vuelve algo lento sin embargo, respecto a la globalidad de la propuesta, adquiere total coherencia.

Iván Villanueva y David González son dos vagabundos, dos payasos sin carpa, pero que poseen su propio circo, dos hombres excluidos por la sociedad, invisibles, que viven en el parque del Retiro con sus carros donde guardan sus pequeños tesoros, sus recuerdos, esos objetos que les recuerdan que son humanos y que sustentan sus esperanzas. La soledad les castiga, pero un día se encuentran y se genera un ciclo de encuentros donde hablan, comentan, ríen, etc. en conversaciones chispeantes, llenas de locura, donde se mezcla el humor con la angustia vital. Iván Villanueva y David González hacen fácil lo difícil, mezclan las palabras con los gestos y el movimiento corporal de forma efectiva, y forman una pareja perfectamente coordinada y con una buena química. Ambos realizan un excelente trabajo interpretativo, siendo David González el que más llama la atención por la propia naturaleza de su personaje, sus movimientos, su naturaleza etc., que ofrecen mucho juego al actor.

CONTRATIEMPOYMAREA es teatro sin artificios, un caramelito teatral que rebosa honestidad y trabajo minucioso y reflexivo, donde texto, dirección, interpretaciones y apoyo técnico (luces y sonido de Albino Hernández) están al servicio de la historia y del espectador, como un pequeño frasquito que contiene un delicado y valioso perfume, cuyo aroma espero pueda disfrutar mucha gente.

 

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