(EN ROSA INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO):

Quizá algunos de nosotros pensemos a veces en dejarlo todo. En largarnos y dejar de participar en un juego cuyas reglas nos alejan de nosotros mismos. Borís Kién es un actor que fracasó intentando cambiar las reglas y ahora, desde hace años, vive retirado.

Camila, que es a la vez vagabunda interdimensional y alegoría de la cultura, le siguió y juntos empezaron una relación en donde lo único que importaba era dejarse en paz. Un extraño idilio que no acepta visitas. Pero ni siquiera la decisión más firme está a salvo cuando aparece un amigo en necesidad. Ex compañero de él y ex novio de ella, el Amigo intentará convencerles para que vuelvan a la rueda. ¿El motivo? Interpretar el papel de Chalie Chaplin en la adaptación teatral de El Gran Dictador.

El muro de Borís Kien -Teaser- from Casa de Fieras on Vimeo.

COMENTARIO:

PANYVINO PRODUCCIONES, compañía fundada por Kees Harmsen y Mario Alonso en 2012, ha realizado montajes como ‘Es desde aquí que miro la luna’, ‘Piezas Breves de Teatro Breve’, ‘Los pedos de las Vacas’, ‘Tráteme de Usted’,  ‘Límites’ o ‘El muro de Borís Kién’. En esta ocasión nos presenta ‘BORÍS KIÉN’, una obra que nace como parte de la propuesta ‘El muro de Borís Kién’ y que ahora, ha adquirido dimensión propia. ‘El muro de Borís Kién’ ve la luz gracias a una campaña de crowdfunding donde se presentaba como un drama, una comedia, un "happening" y una fiesta. Dentro de ‘El muro de Borís Kién’, el drama corresponde a la propuesta ‘Borís Kién’ que nos ocupa.

La dramaturgia de esta pieza corre a cargo de Kees Harmsen, actor y dramaturgo nacido en los Países Bajos, criado en Ibiza y que reside en Madrid, al que hemos visto en múltiples ocasiones interpretando diversos personajes, en las salas de teatro alternativo de Madrid y en cine. Sociólogo y titulado en arte dramático en la St Petersburg Art Academy, nos presenta un trabajo valiente y muy personal donde reflexiona sobre varios temas, dando especial importancia a la metodología del teatro contemporáneo, la oposición o ruptura de los convencionalismo impuestos y los falsos valores de la sociedad que asumimos y adoramos como sI fueran los nuevos dioses. Y todo ello, bajo una buena carga de simbolismo y ruptura de la estructura habitual en la representación teatral.

Kees Harmsen también dirige este montaje (con Mateu Bosch como ayudante de dirección) y tienen la complicada misión de ir uniendo y componiendo las piezas interiores de los propios protagonistas, su lucha tanto interior como con el entorno que ocupan, el tira y afloja entre lo que quieren y lo que realmente hacen, y su evolución dentro de una obra teatral dentro de otra obra. Muchas cosas, muchas aristas que llevan al espectador a sentir un cierto grado de confusión entre lo obvio y lo experimental.

Pero, el pensamiento que me viene a la mente al descubrir esta propuesta es, dejando a un lado las reflexiones y ciertos puntos bastante interesantes de la misma, ¿para quién está pensada esta propuesta?, es decir, estoy ante una obra que tanto por sus códigos, tiempos, estructura y dramaturgia se dirige a actores, directores, dramaturgos, etc., sus diálogos, anécdotas, referencias tienen alusión clara y directa a formación e información actoral y demás códigos del sector, entonces, si ese es el público al que va dirigida la obra, enhorabuena, aunque sea limitado, pero si es para un público generalista e incluso avanzado (teatralmente hablando), este se encontrará algo confuso y fuera de los códigos utilizados desde casi el principio de la propuesta. Por supuesto, todas las alternativas sin licitas, pero mejor saberlo…

La escenografía creada por Javier Carramiñana es escasa pero suficiente y al igual que el resto de la propuesta aúna elementos obvios con simbolismo y conceptualización, el diseño de iluminación es de Nuria Henríquez y el diseño de vestuario de Garcy Con2tijeras. En esta ocasión, tanto la dramaturgia como la contundente banda sonora son originales, estando el espacio sonoro diseñado por Antonio Domene, con Alberto Mayoral como técnico de sonido. La ayudante de caracterización es Mónica Fontanet.

El elenco está formado por Mario Alonso, Iria Lamas y Mateu Bosch. Los tres realizan un trabajo muy digno, Mateu Bosch da vida a Borís Kién, un hombre defraudado por la vida que se autoexcluye de una sociedad cuyas reglas le alejan de su propio ser y sus valores, pero que debe asumir (o no) para llevar a cabo sus propósitos; Mario Alonso es ‘el amigo’ que vuelve después de una supuesta traición y que pondrá a Borís Kién ante la encrucijada existencial; y finalmente, Iria Lamas da vida a Camila, compañera de Borís Kién y excompañera de ‘El amigo’, símbolo de la cultura, que es ignorada, despreciada, añorada, deseada o amada según el momento y la circunstancia.

Borís Kién es una propuesta compleja con diferentes capas donde pasado y presente se mezclan con momentos más emocionales que temporales. Una propuesta cuyos límites se desdibujan y que, por su propio carácter personal, de búsqueda y experimental, parece tener todavía espacio para el cambio y la evolución.

FICHA:

DRAMATURGIA Y DIRECCIÓN  Kees Harmsen
AYUDANTE DE DIRECCIÓN  Mateu Bosch
INTÉRPRETES  Mario Alonso, Iria Lamas , Mateu Bosch
ESCENOGRAFÍA  Javier Carramiñana
DISEÑO DE ILUMINACIÓN  Nuria Henríquez
DISEÑO DE VESTUARIO  Garcy Con2tijeras
ESPACIO SONORO  Antonio Domene
TÉCNICO DE SONIDO  Alberto Mayoral
AYUDANTE DE CARACTERIZACIÓN  Mónica Fontanet
PRODUCCIÓN Crowdfunding y PanYvino