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SÓCRATES. JUICIO Y MUERTE DE UN CIUDADANO. De Mario Gas y Alberto Iglesias |
‘No cabe la menor duda de que Sócrates es una figura fundamental del pensamiento occidental. Su aura sigue proyectándose a través del tiempo hasta nuestros días. Su búsqueda de la verdad, su indagación, mediante el diálogo, sobre la moral, la honestidad, la justicia, el conocimiento del hombre- dando por supuesto que el inicio es siempre una pregunta que incide en el no conocimiento-, le convierten en un ser singular y por supuesto, en un ser peligroso para cualquier tipo de hipocresía, ya sea individual, colectiva, o incluso estatal y democrática. Es esa condición insobornable lo que le lleva -tras una larvada inquina incubada durante más de veinte años- a ser acusado por seres insidiosos cercanos al poder, de perversor de la juventud y negador de los dioses oficiales. El resultado, avalado por parte de la ciudadanía, no puede ser más terrible e injusto: la ingesta de la cicuta que le producirá la muerte.’ - Mario Gas. |
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Sócrates. Juicio y muerte de un ciudadano, es una nueva dramaturgia de Mario Gas donde se detalla el juicio que deriva en la muerte de uno de los filósofos y pensadores más importantes de la historia de la filosofía universal. En el año 399 (a.C.) un jurado popular condenó a Sócrates a la muerte por cicuta y, aunque una iniciativa liderada por su discípulo más conocido, Platón, intentase liberarlo, él mismo se negó y decidió cumplir con la sentencia que le había sido impuesta. Suya es una de las frases más conocidas de la historia de la filosofía: "Yo solo sé que no sé nada". Un aforismo que se repite hoy en día, 2.500 años después. José María Pou se pone en la piel de Sócrates, el brillante pensador de la antigua Grecia, que después de denunciar la corrupción en su ciudad natal, Atenas, y el excesivo peso moral que generaba la religión de la época, fue condenado a muerte. Comentario: Sócrates, juicio y muerte de un ciudadano, es un texto de Mario Gas y Alberto Iglesias que expone los últimos momentos en la vida de Sócrates y el juicio al que fue sometido por los ciudadanos de Atenas, un juicio popular que le condeno a la muerte por ingestión de cicuta. Dirección: Mario Gas Sobre el escenario siete actores (José María Pou, Carles Canut, Amparo Pamplona, Pep Molina, Alberto Iglesias, Ramón Pujol y Guillem Motos), algunos de sus personajes forman parte del senado tanto defensores como acusadores de Sócrates, un fiel amigo y la esposa de este. Aunque el protagonismo en todos los sentidos, tanto por la contundencia del texto como por el tiempo y la intensidad de la interpretación es de Sócrates (José María Pou), todo gira a su alrededor y el resto de los intérpretes y personajes lo hacen igualmente. El espacio escénico es austero pero muy correcto y concreto, y en principio, ayuda a mantener las expectativas altas, unas gradas nos transportan a una sesión del senado, y unos bancos y un par de silla forman el resto, pero aunque el elenco es extenso (formado por siete actores), la escenográfica queda algo vacía. El vestuario junto con el uso de las luces es uno de los elementos que aportan mayor carga visual y estética. Todos los personajes visten de blanco, camisa y pantalón blanco con playeras igualmente blancas, todos van cubiertos con largas túnicas de diferente tonalidad (siempre sobre blancos / gris) según la característica de los personajes, las únicas excepciones son, la de Sócrates que va siempre descalzo y cuya túnica es diferente al resto, y el vestuario de la esposa de Sócrates (Amparo Pamplona) que expone un monólogo de los momentos cotidianos de su vida en común, el único momento en que se permite un toque de color a la obra y un acercamiento al Sócrates más humano. El trabajo actoral es muy bueno, aunque está claro que el peso de la acción recae sobre José María Pou que realiza un excelente trabajo, ¿entonces cuál es el problema? Bueno, en realidad no tengo claro si hay algún problema, es simplemente una percepción, en primer lugar el trabajo del elenco es muy escaso ya que casi toda la obra se basa en los monólogos de Sócrates (a veces excesivamente didácticos) pero lo que se puede valorar deja muy buen sabor de boca; en segundo lugar, la dramaturgia muestra personajes muy sesgados, está Sócrates un hombre de honor, digno y honorable, que se encuentra a un lado y el resto del mundo al otro. Un personaje aparentemente tan perfecto que parece estar más cerca de los dioses de la antigua Grecia que de la mayoría de los normales. Desde luego, en el argumento existe una certera denuncia de la corrupción en todos los ámbitos, un tema que es tan cercano y actual que nos demuestra lo poco que el ser humano ha aprendido de sus errores a lo largo de los siglos, sin embargo, el personaje de Sócrates parece estar dando una constante lección de honorabilidad… El ritmo es lento en una obra donde el protagonismo absoluto es la palabra. Sócrates es la voz, el que marca la importancia de las palabras, y el resto de personajes y actores pivotan a su alrededor. Algo a resaltar, aunque parezca obvio, es la perfecta ortofonía de los actores, puede parecer un dato innecesario por ser requisito indispensable en el teatro, sin embargo, últimamente echo de menos esta cualidad…. Una propuesta que pone a nuestro servicio un excelente equipo dentro y fuera del escenario, con una temática interesante, que no llega a ofrecer tanto como promete pero que nos muestra lo poco que hemos cambiado con el paso de los siglos en muchos ámbitos de nuestra vida, poniendo también sobre la mesa el papel del ciudadano incapaz de resistirse a una sociedad de consumo. FICHA: Dirección: Mario Gas Ficha artística: Construcción de escenografía: Taller de escenografía Sant Cugat
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ESTRELLA
SAVIRÓN (alias A golpe de efecto). Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión de la cultura de una forma veraz e independiente. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño. |
| FOTOS: | No |
| FECHA: | Febrero 16 |
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