NOSOTROS NO NOS MATAREMOS CON PISTOLAS. |
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¿Hacia dónde se dirige la generación de los que nacieron en los 80?. Vuelve a Madrid, después de su exitoso paso por el festival Frinje, la obra valenciana revelación de la pasada temporada. La obra mereció los galardones del sindicato de actores del País Valenciano (AAPV) a mejor interpretación masculina, femenina y revelación, así como el premio del público en el Festival Escènia. |
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Un texto de rabiosa actualidad, con un marcado tinte generacional que reflexiona sobre la generación de los que nacieron en los años 80, los llamados millenials, que crecieron como futuras grandes promesas para sus familias, educados en el éxito profesional y el individualismo, jóvenes que intentan salir del bache de la precariedad y la incertidumbre. Una obra mediterránea que habla de la necesidad de volver atrás, a los orígenes y ordenar la casa para poder continuar. Desde que la obra se estrenó en noviembre de 2014 en la Sala Ultramar, una clásica del off valenciano, no ha parado de cosechar éxito de público y crítica. Fruto de tan buena acogida son las varias reposiciones en teatros de público mayoritario.
Comentario: Nosotros no nos mataremos con pistolas es una obra del dramaturgo saguntino Víctor Sánchez Rodríguez, un retrato generacional de cinco personas que se reencuentran después de cinco años de separación. Amigos desde la infancia y compañeros de perrerías, sus vidas se separaron y dejaron de quedar después de la muerte de uno de los miembros de ‘la pandilla’. Una reflexión personal del autor sobre la generación de los nacidos en los años ochenta, los denominados millenials. Ya sean Millenials, generación X o como queramos denominar a las distintas generaciones, lo único cierto, es que todas y cada una de ellas, han ofrecido a los miembros de sus generaciones, confusión, pérdida de identidad, y muchos cambios sobre cosas que parecían inamovibles, es decir, que todos, nacidos en los 80 o no, hemos vivido y vivimos momentos de incertidumbre y falta de referencias. Cinco amigos se reencuentran en una comida durante las fiestas patronales en un pueblo cualquiera, después de cinco años sin verse. Van llegando paulatinamente con esos aires optimistas y políticamente correctos que muestran lo bien que nos va a todos, aunque la realidad es muy diferente. El reencuentro no es solo físico, es volver a los tiempos de las ilusiones, cuando quedaba toda la vida por delante y el futuro estaba lleno de posibilidades, pero recuperar el pasado no es posible y menos cuando hay sentimientos ocultos, reproches, desencuentros, etc., esas cosas que se guardan en el interior, pero que cuando salen lo hacen con la fuerza sin control, como cuando se descorcha una botella de cava…. La obra que se desarrolla por capítulos (La bienvenida, El vermut, La sobremesa, La procesión, Se nos ha ido de las manos, etc.), y tiene varias partes diferenciadas, en primer lugar vamos conociendo a los personajes, uno a uno, y la imagen que proyectan, después llega la comida y el alcohol y empiezan a salir a la superficie lo más profundo de cada personaje, esos que en principio eran felices y les iba de maravilla resultan ser mujeres engañadas, arruinadas y perdidas en la vida y hombres sin trabajo, sin amor y que viven vidas de cara a la palestra. Al comenzar la obra solo dos personajes se encuentran en el escenario, el resto van llegando a través del patio de butacas, con esa actitud de ‘todavía no sé por qué he venido…’ La psicología de los personajes va cambiando a medida que transcurre la obra, pasando algunos de dóciles y conformistas a auténticas fieras dialécticas (por otra parte, esto genera uno de los mejores momentos de la obra). Sin embargo, la obra tiene bajadas de ritmo muy pronunciadas sobre los que se recrean excesivamente (para mi gusto) generando un alargamiento innecesario de la duración de la obra. Todos los protagonistas de la obra dan la sensación de estar a medio cocer (psicológicamente hablando), ocultan o buscan algo, pero pronto descubriremos lo que ocurre, entre reproches, bromas sarcásticas, y flechas con punta envenenada, existe humor en la obra pero es agridulce. Una reunión de esas que seguro todas las personas hemos vivido en alguna ocasión (de mayor o menor intensidad), amigos, reuniones familiares, etc... Estos personajes se quieren y se odian, están llenos de reproches pero también están llenos de cinismo y mucho conformismo. La puesta en escena está bien estudiada y los movimientos de los actores tienen en cada momento su particular significado. Seremos testigos de einticuatro horas de convivencia con diálogos naturales como la vida misma, duros a veces, ingenuos otras y con cierta comicidad en otras ocasiones, siempre con interpretaciones correctas. Una larga tragicomedia de seres sumidos en la incertidumbre, una crítica del individualismo y de una sociedad que nos empuja al conformismo, porque así son las cosas, pero que deja sobre la mesa la tesitura de si este fracaso es culpa de la sociedad en la que vivimos o de nosotros mismos por el papel que tenemos en ella. FICHA: Texto y dirección: Víctor Sánchez Rodríguez Intérpretes: Román Méndez de Hevia, Laura Romero, Lara Salvador, Bruno Tamarit / Toni Agustí y Silvia Valero
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POR: | |
ESTRELLA
SAVIRÓN (alias A golpe de efecto). Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión de la cultura de una forma veraz e independiente. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño. |
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FOTOS: | No |
FECHA: | Febrero 16 |
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