Nada sucede, dos veces. Pero también ocurre todo. Dos entrañables personajes se encuentra cada anochecer en mitad de un camino, con la esperanza de encontrar a otro que nunca llega. Mientras tanto, conversan, discuten, ríen, recuerdan… intentar pasar un tiempo que cae tan a plomo como la noche.

Vladimir y Estragón son testimonio vivo del ocaso de nuestra sociedad. Queda poco de lo que hemos sido, apenas un desierto, un árbol esquelético y un cartel publicitario a punto de resquebrajarse. Este paisaje post-apocalíptico enmarca la magistral obra de Samuel Beckett que, lejos de aportar respuestas, sólo sigue ofreciendo muchas más preguntas.

Los dos personajes son un testimonio vivo del ocaso de nuestra sociedad. Ya queda poco de lo que hemos sido. Esta versión del relato original de Samuel Beckett sigue, a día de hoy, sin aportar respuestas. Al contrario, solo ofrece más preguntas. ¡Una comedia absurda muy racional!

Comentario:

Esperando a Godot de Samuel Beckett es siempre una apuesta segura para los amantes del teatro del absurdo, escrita a finales de los años 40 y publicada en 1952, se divide en dos actos, en los que Vladimir y Estragón esperan junto a un camino la llegada de Godot, que parece no llegar nunca. Además en cada acto, aparecen Pozzo y su esclavo Lucky, y un muchacho que hace llegar el mensaje a Vladimir y Estragón de que Godot no vendrá hoy. Aunque en esta versión, el muchacho es sustituido por una voz en off cuya entrada viene precedida por un juguete.

Todos los días son iguales, o mejor dicho todos los anocheceres, nunca pasa nada, solo el tiempo, pero el tiempo no se puede recuperar y mientras esperan, Estragón y Vladimir charlan e intenta recordar momentos pasados. Día tras día esperan mientras la vida sigue, solo la llegada de algún personaje como Pozzo y su criado Lucky sacarán de la monotonía de estos dos hombres.

Estragón y Vladimir son personajes antagónicos, uno es el que reflexiona, el otro es menos reflexivo y sin memoria pero ambos tienen la misma esperanza, que aparezca Godot, ya que ello les sacaría de ese tedio, de la espera, de la rutina y les haría avanzar, seguir otro camino, no importa demasiado hacia donde avanzar, lo importante es cambiar y por ello seguirán esperando día tras día la llegada de Godot. Pozzo y Luchy aportan una visión diferente del mundo, el poder y la esclavitud, Pozzo es el propietario de las tierras donde se encuentra el camino, el hombre que lleva a su esclavo, que le sirve y carga con todo el peso.

La escenografía nos sitúa en el borde de un camino en un paraje desértico, apenas un árbol esquelético con plásticos colgando de sus secas ramas y al otro lado del escenario, un cartel publicitario caído y medio roto, otros pequeños elementos como un baúl o unos maletines, terminan de conformar el espacio y como no podía faltar en este caso, la luna proyectada. Además el correcto vestuario nos sitúa en un tiempo no demasiado lejano.

Vicen Morales dirige una versión que no decepcionará a los amantes del absurdo. Una versión correcta que mantiene intacto el mensaje de Samuel Beckett y que llega a las tablas de la mano de Agustín Otón, Fran Freire, Miquel Marcos y José Tellez de Cepeda con ayuda de Claudia Morales, voz en off del niño.

Agustín Otón, Fran Freire, Miquel Marcos y José Tellez de Cepeda realizan un trabajo digno y afortunadamente, cada uno de ellos, tiene su momento de lucimiento personal, algo que el público agradece ya que la obra tiene escenas a las que poder sacar un excelente partido.

La obra es lenta y reiterativa pero en ello radica precisamente su encanto, ya es su forma de expresión. Si te gusta Samuel Beckett, está claro que ya habrás visto versiones de todo tipo de esta clásico del teatro del absurdo, desde las más clásicas a las más transgresoras, pero aquí podrás encontrar una propuesta más que digna de la obra, que mantiene intacto su espíritu y que te anima a pasar un rato esperando a Godot, eso sí, al terminar la obra, ponte en marcha y no esperes a que otros movilicen tu vida. Una obra siempre disfrutable.

FICHA:

Dirección Escénica: Vicen Morales
Traducción: Ana María Moix

Reparto:

Agustín Otón – Estragón
Fran Freire – Vladimir
Miquel Marcos – Pozzo
José Tellez de Cepeda – Lucky
Claudia Morales – Voz Niño

Producción: La Nuca Teatro
Fotografía: Pilar Morales
Espacio Escénico y Vestuario: La Nuca Teatro
Realización escenografía: José Tellez de Cepeda
Iluminación: Rubén Pleguezuelos
Técnica vocal: Carmen Acosta
Diseño cartel: El HombreCabra