Juan Mayorga reescribe a pie de escena Animales nocturnos para la joven compañía El Aedo Teatro.

Una obra que reflexiona sobre la inmigración y las relaciones de pareja. “El zorro sabe muchas cosas; el erizo sólo una pero importante”. Juan Mayorga pone en escena a dos vecinos a los que la Ley de Extranjería sitúa en diferentes posiciones sociales: con 'derechos' y 'sin derechos'. Del encuentro de estos dos vecinos, surgirá una relación marcada por el miedo y la tentación de dominar al otro, que se extenderá a sus respectivas parejas. 

Una gran caja de madera en el espacio invita al espectador a ser abierta, a descubrir qué encierra en su interior. Antes de desplegar sus múltiples caras, la caja se convierte en el bar donde un hombre escribe. Otro entra para celebrar algo. Son vecinos del mismo inmueble y lo que parece ser una conversación amistosa acaba deviniendo en una extorsión: el “buen vecino” utilizará la ley para ejercer presión sobre el otro, para obligarle a tener una relación de amistad que de otro modo no podría conseguir.

A partir de este encuentro de dos sombras, la caja se abrirá para introducirnos en la intimidad de las dos viviendas donde habitan estos hombres y sus parejas, seres encerrados como animales nocturnos de un zoológico. Sin darnos cuenta, entenderemos las razones que han llevado a alguien normal, a uno de nosotros, a utilizar el poder que el Estado le otorga en beneficio propio, y descubriremos que el extorsionado no se comporta como tal y es capaz de ejercer violencia sobre los otros, y que sus parejas, lejos de compartir sus deseos e insatisfacciones, deciden continuar a solas su viaje, cada una a su manera. 

Comentario:

Animales nocturnos llega nuevamente a escena y esta vez de la mano de la compañía El Aedo Teatro. Un texto de Juan Mayorga dirigido, en esta ocasión, por Carlos Tuñón.

La historia que tiene como fondo la inmigración, trata sobre el sometimiento de unas personas a manos de otras aprovechando su vulnerabilidad, en este caso, la falta de papeles. Una historia que da mucho juego ya que, va más allá del propio tema de la inmigración (aunque es la base de la historia) y se sitúa en el área del miedo, la manipulación y del abuso de poder. Mayorga tiene buen tino para el plantear preguntas a partir del retrato de una situación, en la que cualquier persona, puede aprovechar la vulnerabilidad de otro ser humano para beneficio propio sin que tenga que ser algo propio de instituciones o personas con ‘poder’. Extorsionador y extorsionado vivirán una particular relación con consecuencias para sus vidas y su entorno.

Algo llamativo en esta obra, es la escenografía creada por Alfonso Pizarro a partir de un gran cajón de madera que lleva impreso en su parte superior ‘animales nocturnos’. Este cajón se separa por la mitad para recrear las viviendas de ambos vecinos (los animales encerrados en sus particulares jaulas), además de abrirse y cerrarse, se traslada y gira y sirve de recurso para muchas escenas.

Como complemento al cajón anterior, en la parte anterior del espacio escénicos se sitúan unas miniaturas de las viviendas (maquetas), que nos guiarán  por las situaciones de estos vecinos, sirviendo unas veces de asientos y otras mostrando como están situadas las viviendas una encima de la otra (algo que queda confuso en la escenografía de la caja grande, al parecer que ambos pisos son contiguos).  

Esta solución escénica que en principio puede parecer original y efectiva lo es, y mucho, para todos aquellos espectadores sentados al frente de la misma, para los situados en los laterales del escenario, solo verán durante una parte de la obra una pared de madera (y lo digo por experiencia propia) una lástima, ya que no permite disfrutar plenamente de las escenas, algo que me hace pensar que este cubo fue proyectado, en un principio, para una sala más grande o con más fondo.

Un acierto es sin duda es el diseño de iluminación de Jesús Díaz Cortés que acompaña a un elenco formado por Jesús Torres, Pablo Gómez-Pando, Irene Serrano y Viveka Rytzner. Los cuatro realizan un trabajo digno y aunque en un principio el protagonismo es masculino, las dos actrices parecen sacarle mayor partido a sus personajes, con una especial mención para Irene Serrano cuyo personaje comienza siendo el más anodino y termina atrapando al espectador con la naturalidad de su interpretación.

Parece que últimamente les saco mayor disfrute a los textos de Mayorga leídos que representados en escena, tengo la impresión de que se pierde algo importante por el camino y esto me deja una sensación agridulce. En esta ocasión, en la que Mayorga reescribe a pie de escena su obra, la sensación se mantiene, aunque la propuesta tiene muchos elementos de calidad y juega oportuna y eficazmente con las contradicciones de la naturaleza humana, sus miedos y sus esperanzas.

FICHA:

La propuesta a cargo de la compañía El Aedo, del reconocido dramaturgo Juan Mayorga y dirigida por Carlos Tuñón, fue presentada en las Jornadas Internacionales de Teatro de Estrasburgo (Francia).

Ficha Artística:

Hombre Bajo - Jesús Torres
Hombre Alto - Pablo Gómez-Pando
Mujer Baja  - Irene Serrano
Mujer Alta - Viveka Rytzner

Autor - Juan Mayorga
Dirección: Carlos Tuñón
Diseño de iluminación: Jesús Díaz Cortés 
Asesora Teórica: Zoe Martín Lago
Diseño de Escenografía: Alfonso Pizarro