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RASGAR LA TIERRA.

Los agricultores desgarran la tierra para que se airee; en esta obra la crisis desgarra la economía de la casa de cultura de un pueblo, pone en riesgo incluso su continuidad. 'Rasgar la tierra' abunda en un teatro donde la sospecha y la condena van de la mano para mostrarnos cuánto frágiles son las relaciones humanas.

Luís y Raúl han sobrevivido, en poco tiempo, a numerosos cambios laborales y se han quedado solos al frente de la casa de cultura del pequeño pueblo donde han vivido toda la vida. La nueva situación no es fácil, tampoco su momento vital. La llegada de Miguel, recién llegado al pueblo y que colabora desinteresadamente en este espacio, pondrá en evidencia la fragilidad de su vínculo de años y también las carencias y problemas que tienen que afrontar.

Coincidiendo con una celebración que agrupa a un numeroso grupo de gente del pueblo, estos tres personajes pondrán de manifiesto sus recelos, miserias y traiciones mutuas. Sus miedos personales y profesionales pondrán en peligro las relaciones de amistad, tanto las más recientes como aquellas aparentemente sólidas, y también el respecto a los espacios de privacidad.

TEATRO

Comentario:

Rasgar la tierra es un drama que partiendo de una situación cotidiana, recrea un universo de miedos, inseguridades, mentiras, envidias, etc., desarrollado en el ámbito laboral.

La casa de cultura de un pueblo, ha tenido durante los últimos tiempos, al igual que en muchas empresas, reducción de plantilla, ahora solo quedan dos compañeros, amigos desde la infancia que realizan el trabajo de cinco personas, y que están sumidos en el miedo al despido y a perder su único medio conocido de subsistencia. Un colaborador entra en escena, su trabajo no remunerado, es tal vez, mejor que el de los dos empleados, por lo que los miedos comienzan a caminar a sus anchas, y están bien acompañados por las traiciones…

Josep María Miró firma una dramaturgia que muestra claramente los dobleces del comportamiento humano, el reverso y al anverso de una misma moneda que es capaz de mostrar los mejor y lo peor de la naturaleza humana. Sus personajes son absolutamente humanos, ninguno es totalmente bueno pero tampoco totalmente malo, aunque sus miedos e inseguridades hacen que atravesar las líneas rojas se pueda justificar racionalmente. También, es una obra que nos habla de la posibilidad de poder seguir viviendo después de una gran equivocación, de la superación y el perdón, y de cómo muchas veces, nuestros jueces más terribles, no son los que designa un tribunal, somos nosotros mismos y la sociedad que nos rodea, que emite sentencias basadas en rumores, datos incorrectos, etc.

Teniendo en cuenta que la premisa del texto es interesante, en ocasiones, se siente cierta lentitud en la obra y en, un texto que sé que muestra, algunos momentos, excesivamente reiterativo.

Rasgar la tierra, se refiere a remover las primeras capas de la tierra para que se airee y posteriormente sea mejor la cosecha, en este sentido, al rasgar la tierra de nuestros tres protagonistas sale del interior mucha ‘mierda’ que se airea para que, podamos comprender la postura y las motivaciones de cada uno de ellos.

La dirección, a cargo de Jorge Muñoz es cercana y aporta a todo el montaje un efectivo aire de naturalidad, la producción corre a cargo de Criadero de Morsas (compañía de reciente creación, que nace con el propósito de producir, difundir y promover diversos espectáculos, de calidad y para todo tipo de públicos. Esta iniciativa se debe a la inquietud artística de los actores Chechu Moltó y Joaquín Mollà).

La escenografía recrea el despacho administrativo de la casa de cultura, dispone de todos los elementos necesarios para hacer creíble la estancia y muestra un original uso de los marcos de las puertas que no solo marcan la entrada y salida de los actores, también los diferentes saltos temporales necesarios para explicar la acción.

Chechu Moltó, Joaquín Mollà y Manuel Varela, son los actores que dan vida a estos tres personajes tan diferentes. Manuel Varela y Chechu Moltó dan a sus personajes, perfectamente dibujados, el punto justo que necesitan para que se muestren cercanos y cotidianos; Joaquín Mollà igualmente realiza un buen trabajo aunque, su personaje explota en exceso la pasividad y el tono enigmático, además de realizar un monólogo final excesivamente reiterativo aunque interesante en su contenido (algo que no viene marcado por la interpretación).

Un drama interesante, que analiza los comportamientos y la naturaleza humana con toda la naturalidad y la crudeza necesaria, aunque deja la sensación de que la obra dispone de todos los elementos para haber llegado un poco más lejos.

FICHA:

Producción: Criadero de morsas
Dirección: Jorge Muñoz
Dramaturgia: Josep María Miró
Reparto: Chechu Moltó / Joaquín Mollà / Manuel Varela

 

POR:
ESTRELLA SAVIRÓN (alias A golpe de efecto).
Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión de la cultura de una forma veraz e independiente. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño.
FOTOS: Dossier
FECHA: Octubre 16

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RASGAR LA TIERRA.

DONDE: TEATROS LUCHANA
C/ Luchana 38, Madrid.

CUANDO: Lunes a las 20:00 Hasta el 24 de octubre de 2016.

 

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