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teatro
MATHILDE.

Mathilde, una obra de  Veronique Olmi que como el resto de su obra está hecha de situaciones límites. Frustración, promiscuidad, grietas insinuadas o virulentas. Cuando la historia se pone en marcha, penetra siempre en circunstancias agravantes. Olmi es una dramaturga que no deja muchas ventanas en sus obras. Dirección: Gerard Iravedra. Protagonizada por Marina San José y Gorka Lasaosa.

Sinopsis: Paris. Un apartamento de un matrimonio acomodado de treinta y cinco años. Llueve de forma torrencial. Pierre, el marido, espera en el salón. Está tenso. Llega Mathilde, su mujer. Hace casi tres meses que no se ven. Ambos saben perfectamente de donde viene ella, pero no va a ser fácil hablar de ello. Un hecho terrible empaña su relación y les distancia, conducidos inevitablemente hasta ésta noche en la que sentirán el vértigo de tener que tomar una decisión sin precedentes. Deberán escucharse y decidir juntos que es lo que quieren. ¿Se mantendrán unidos a pesar de todo?

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Comentario:

Todos hemos estado, alguna vez, presos de nuestros condicionamientos y creencias éticas y morales, distinguimos entre el bien y el mal, entre el blanco y el negro, pero a veces olvidamos que entre medias e incluso en sus propios límites, existe toda una amplia gama de colores.

Mathilde se mueve en el filo de una navaja bien afilada, ha cruzado una línea muy fina, ha desafiado el estancamiento de un matrimonio donde ya no encuentra emoción. Desafía una vida construida a pulso por ella y su marido con un acto que la aporta todo aquello que perdió por el camino de su vida. Por su acto, tener relaciones sexuales con un menor, debe pagar con la cárcel, ha perdido tiempo, salud, etc., pero no se arrepiente, lo volvería a hacer, su justificación y apelación al quebrantar las leyes impuestas es chocante en la boca de una mujer y más cuando resuenan las consignas del manual del pederasta.

Mathilde reivindica su libertad de acción, de opción y de pensamiento, ella y su libertad están por encima de todo y de todos, incluso de las personas que la rodean y que sufren las consecuencias de sus actos y se encuentran igualmente sometidos a una intensa condena.

Mathilde y Pierre se encuentran por primera vez después de la estancia de Mathilde en la prisión, a partir de ahí se genera un diálogo en que los roles se cambian constantemente, juez y víctima, víctima y juez, ambos se controlan, se manipulan, se escupen argumentos que cada espectador interpretará a su manera dependiendo de sus propios valores éticos y morales, queda preguntarse  ¿queda amor en ellos?, ¿se protegen?, ¿se controlan?, ¿se manipulan?, parece que se necesitan pero deben encontrar un punto de conexión, un punto de partida para continuar juntos sin que los sucesos pasados y posiblemente los futuros, hagan tambalear sus cimientos.

Hay muchas cosas que quedan en el aire, momentos confusos y preguntas que cada espectador debe contestar a su manera, una constante en la obra de Véronique Olmi, donde sus personajes ponen ante nosotros su verdad, sin medias tintas, sin tapujos, de cara, de una forma cruel y en cierto modo violenta pero al mismo tiempo con la ternura de quien actúa desde la verdad, su verdad, que aunque no sea la nuestra no carece de fuerza y por ello mismo, nos explota en la cara con una fuerte sacudida.

La obra, bajo la dirección de Gerard Iravedra, comienza con un aire de melancolía y pesadumbre, el sonido de la lluvia (que se mantiene durante un largo periodo de la obra), la música con la que comienza y termina la obra que como un disco antiguo, un vinilo que marca fuertemente sus surcos, nos anuncia que ‘Mathilde ha represado, esta noche vuelvo al combate, corazón no te embales, haz como si no supieras que Mathilde ha regresado….’.

Si, Mathilde ha salido de prisión y regresa directamente a la casa del matrimonio, es la primera prueba para un espectador que en principio no comprende este acto, no parece la opción más razonable después de engañar a su marido, seducir a un menor y que este, su marido, no haya ido ni un solo día a visitarla a la carcel durante la condena. Aquí comienza una serie de sucesos que son poco comprensibles, pero no importa, todo se irá armando poco a poco, las características de esta relación finalmente explicarán muchas cosas. Las cosas no siempre son lo que parecen a primera vista.

Mathilde llega a la casa que fue la residencia común, sin arrepentimiento, reivindicando su libertad de acción, desafiante, marcando territorio como un animal que deja libre sus instintos más primarios. El salón está lleno de cajas, sus cosas están ahí, ¿en espera de ser llevadas a otro lugar? Tal vez solo será un intento desesperado de Pierre de concentrar el recuerdo de Mathilde, de comprender….

Ahora toca la escucha, las palabras y las argumentaciones que pasan de uno a otro cambiando sus roles y sus motivaciones constantemente, las palabras son las protagonistas durante aproximadamente una hora y media, una prueba exigente para el espectador…. Tanto la intensidad del texto, como lo reducido del espacio y la casi nula movilidad de los actores, piden a gritos más fuerza, fluidez y respiro. A veces, en determinadas circunstancias, menos es más.

Marina San José y Gorka Lasaosa realizan un excelente trabajo, dan vida a dos personajes intensos, que realizan un giro de 180 grados ante nuestros ojos. No hay lugar para la duda ni opción para la improvisación con estos dos personajes tan medidos y contundentes, un pequeño fallo puede cambiar el sentido de toda la conversación, y ese control se aprecia y se valora.

Mathilde no es una obra divertida, ni ligera, ni superficial, es un texto que hace al espectador enfrentarse con otras realidades, que obliga a mirar y revisar tus propias creencias  y a ser testigo directo de las ‘verdades’ de otras personas, esas que tal vez nunca hayas querido mirar de frente.

FICHA:

- Elenco: Marina San José, Gorka Lasaosa
- Texto: Veronique Olmi
- Dirección: Gerard Iravedra

 

POR:
ESTRELLA SAVIRÓN (alias A golpe de efecto).
Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión de la cultura de una forma veraz e independiente. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño.
FOTOS: © Estrella Savirón
FECHA: Junio 15.

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MATHILDE.

DONDE: Sala La Nao 8
C /Nao 8 - Madrid.

CUANDO: Junio y julio de 2015.

 

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