valoración: 5

Sinopsis: Niko es un joven estudiante universitario que ha abandonado sus estudios y que pierde su trabajo. Sin un objetivo claro que le ocupe, aparte de tratar de tomarse un café que parece no llegar nunca, deambulará por las calles de Berlín sin dinero y encontrándose con diferentes personajes.

Comentario:

“Oh Boy” es otra de esas películas cuyo protagonista es tan despreciable que resulta imposible identificarse con él y eso hace que estés deseando que la cague del todo para que por fin reciba su merecido de una vez. Se trata de un chico absolutamente estúpido y anodino que no tiene ninguna ambición en la vida y no sabe relacionarse con nadie. Se dedica a no hacer nada y a dejarse llevar por las circunstancias. Sin iniciativa, sin ideas, sin personalidad, nos encontramos ante el típico ejemplar propenso a terminar cayendo en la delincuencia y en cualquier tipo de adicción (en este caso el vodka).

Tampoco la gente que le rodea le sirve de inspiración, ni su padre, ni las chicas con las que se topa, ni sus amistades son una ayuda, ni mucho menos un ejemplo a seguir. De modo que la película avanza dando tumbos con una historia sesgada que no se sabe muy bien hacia dónde va. El protagonista observa cómo todos a su alrededor caen cada vez más bajo pero esto no le hace reaccionar lo más mínimo.

Hay dos misterios más que quedan oscuros en esta obra. Por un lado el hecho de que esté rodada en blanco y negro. En una película como “Nebraska” es un recurso que sirve para evocar la imagen de una América anclada en el pasado pero en el caso que nos ocupa no queda claro qué intención expresiva o estética persigue el director. Otro enigma es la presencia de una música en plan años veinte que no cuadra para nada con la época en que se desarrolla la acción, que no es otra que la actual. En fin, el cine de autor tiene estas cosas.