valoración: 5.5

Sinopsis: Han transcurrido exactamente veinte años desde que dejamos a Lloyd y a Harry jugando al escondite. En ese tiempo ha cambiado todo, excepto su supina idiotez. Cuando Harry, que necesita un trasplante de riñón, se entera de que tiene una hija, no le queda más remedio que sacar a Lloyd del estado “comatoso” en el que se sumió desde que Mary le rechazó, y lanzarse a la carretera para encontrarla. Su viaje a través de Estados Unidos les llevará desde un hospital psiquiátrico hasta un congreso donde están reunidas las mentes más brillantes del mundo. Bueno, no exactamente…

Comentario:

Si alguien pensaba que la estupidez de estos dos había alcanzado ya su límite máximo, estaba muy equivocado. En esta nueva entrega ambos se superan a sí mismos en una descarga continua de gags y frases absurdas que harán las delicias de sus fans y los aficionados a este tipo de humor.

Si bien la historia de fondo es un tanto endeble, en realidad… ¿qué más da? Lo divertido de la película es simplemente dejarse llevar por la lluvia de gesticulaciones, idas de olla y chorradas varias que se consiguen disfrutar siempre que uno sea capaz de ponerse en un estado receptivo. Si desde un principio te quedas fuera de su onda entonces no hay nada que hacer.

“Dos tontos muy tontos” es la típica secuela hecha (aunque con algo de retraso) simplemente para seguir explotando unos personajes que daban juego y a los que aún se les podía exprimir un poco más. Con todo y con eso está bastante por encima de la media de las comedias que últimamente están copando las pantallas estadounidenses.
Y siempre es agradable comprobar cómo la química entre los dos protagonistas se ha mantenido intacta después de tantos años.