valoración: 5

Cuatro atractivas estudiantes planean reunir dinero para el viaje de vacaciones de primavera atracando un puesto de comida rápida. Pero eso es solo el principio. Durante una noche de fiesta, las chicas son arrestadas con cargos por drogas. Con resaca y vestidas solo con sus bikinis, comparecen ante un juez, pero son liberadas inesperadamente por Alien (James Franco), un infame matón local que las toma bajo su ala y las lleva a la vacaciones de primavera más salvaje de la historia. Duro por fuera, pero con un lado amable, Alien se gana el corazón de las chicas, y las llevará en un viaje que nunca olvidarán.

Para una pandilla formada por cuatro universitarias norteamericanas, terriblemente aburridas en su ciudad, no hay más remedio que escapar de allí como sea. Su objetivo era el de irse de vacaciones a la costa y habían estado ahorrando para ello pero… no lo suficiente. Sobre la marcha planean un robo que, curiosamente, les sale muy bien y se marchan a gastarse el botín en fiestas, bebida y droga. Hasta aquí todo resulta más o menos creíble pero cuando conocen a un narcotraficante que se interesa por ellas, las cosas se van enredando más y más hasta acabar de una manera algo surrealista.

La mayor parte de la película es como cualquier videoclip de Jay-Z o 2-pac pero, eso sí, con imágenes mucho más explícitas. Música trallera sonando a todo volumen, cochazos, alcohol, fiestas desmadradas en grandes mansiones con fabulosas piscinas, cocaína a raudales y sobre todo chicos y chicas con muy buenas curvas y muy poca ropa. A medida que la historia avanza la cosa va subiendo de tono pero el argumento da algunos giros que hacen dudar sobre cómo va a acabar todo. Hay luchas entre bandas, redadas policiales, sexo y también alguna ración de disparos, aunque no demasiadas, no podríamos juzgarla con justicia como una película de acción.

El mayor acierto de “Spring Breakers” quizá sea lo fielmente que refleja la manera irresponsable y descontrolada que tienen de divertirse mucha gente en Estados Unidos, donde la doble moral impone unos modelos de comportamiento que a la hora de la verdad muy pocos siguen. Está bien que los propios norteamericanos hagan una sana autocrítica y sean capaces de plasmarlo en una película tan vertiginosa y adictiva como ésta.