valoración: 6

Dos emprendedores de Laguna Beach, Ben (Aaron Taylor-Johnson) y su mejor amigo Chon (Taylor Kitsch), han montado un lucrativo negocio casero: plantar y vender una de las mejores marías que jamás se ha obtenido. También comparten un amor único con la bella Ophelia (Blake Lively). Llevan una vida idílica hasta que un cártel mexicano de Baja California se instala en la zona y exige que el trío se asocie con ellos. Ben, Chon y O, con la ayuda de un agente corrupto de la DEA llamado Dennis (John Travolta), deciden librar una guerra aparentemente perdida de antemano contra el imperio de la droga de Elena (Salma Hayek) y su brutal matón Lado (Benicio del Toro). Así empieza una larga batalla llena de crueldad y peligro entre Salvajes.

Dos amigos montan un negocio de cultivo y venta de marihuana de alta calidad y prosperan gracias a un policía al que tienen sobornado, un hacker que se ocupa del blanqueo del capital y también gracias al amor y la dedicación de Ophelia, una chica con la que comparten un triángulo amoroso muy bien avenido.

Pero el maravilloso equilibrio entre su vida laboral y sentimental se rompe cuando Elena, una narcotraficante mexicana aparece para apoderarse del negocio y secuestra a Ophelia con tal de salirse con la suya. Pero Elena no es una mujer tan dura como quiere hacer creer, tiene su punto débil y puede acabar pagando muy caro su error.

“Salvajes” desglosa muy bien cómo es el mundo de la droga, especialmente la gente que toma parte en el negocio a distintos niveles, y los peligros que corren al tratar de mantener sus lealtades cuando todo empieza a derrumbarse. Lo peor de las drogas no es su efecto sobre quienes la consumen sino la cantidad de dinero y de sangre que se vierte por su causa.

Oliver Stone ha vuelto a hacer un film contundente, de los que no dejan indiferente al espectador. Hay momentos para gritar, para sorprenderse, para reir y para agacharse, no sea que alguna bala perdida le de a uno en la cabeza. El comienzo tiene un cierto tono lúgubre, parece que estuviéramos ante un melodrama de secuestros, violaciones y asesinatos pero luego toma un cariz más irónico y te das cuenta de que la película no se toma en serio a sí misma. Son 130 minutos de tensión y diversión asegurada.