valoración: 7

Road movie ambientada en la guerra de Irak, donde Mohamed Al Daradji, un ex soldado, cuenta la historia de la desesperación por la pérdida de los seres queridos durante la guerra de Irak, y de como los familiares de las víctimas sólo podían ver los restos de los seres queridos enterrados bajo la arena, después de recorrer angustiosamente las numerosas fosas comunes, despojándoles de la esperanza de encontrarlos con vida.

La película ha participado en la sección oficial de numerosos festivales internacionales como Sundance, Berlín, Seattle, El Cairo o Karlovy Vary, entre otros, cosechando importantes premios.

Ahmed, un niño kurdo de 12 años, recorre las carreteras del norte de Irak con su abuela. Ambos buscan al padre del niño, un soldado arrestado por la Guardia Republicana de Saddam al final de la Guerra del Golfo. En su búsqueda se cruzan con otras personas en la misma situación; todos viajan en busca de alguien, de una nueva vida y de un futuro.

Historia sencilla y emotiva, conmovedora, después de contemplar multitud de películas dedicadas a esta guerra y a los soldados teniendo de las tropas estadounidenses como protagonistas, ahora se nos presenta en lado más real, el de iraquíes, árabes y kurdos que han vivido el conflicto en primera persona.

Una historia de desesperanza, angustia, desolación que te deja un amargo sabor de boca, al reconocer que lo que ves, es la realidad tal y como existe y que no hay lugar para la ficción. La película es dura, en el mismo grado que la realidad vista desde la distancia, pero cuyas emociones tocan el corazón, ya que la tristeza, la desesperación y la sensación de falta de futuro, son emociones universales, como dicen en la película: “no entiendo lo que dice, pero reconozco su dolor”.

La vida cotidiana en un país destrozado y la esperanza de la reconstrucción.