Revista cultural   -   Critica teatral   -   ISSN 2255-3894



teatro

información:

(EN ROJO INFORMACIÓN FACILITADA POR LA COMPAÑÍA / TEATRO):

Catástrofe: una polisemia sobre un escenario. Cuatro actores nos hablan desde el único lugar del que aún pueden hacerlo: la desnudez de un yo atravesado por la ficción.

Generosos, comparten sus posibles biografías, como negativos de ellos mismos: la vida de las mujeres y los hombres que no han sido ni serán. Ion, Irene, José Juan y Mikele habitan el accidente y dejan su experiencia en manos de un perverso juego que, como el título anticipa, culmina en calamidad y desastre. El drama se descompone y viaja de un abismo a otro, en caída libre, tal y como los sueños incumplidos de sus personajes. La memoria como un desierto que, quizás demasiado tarde, tendremos que atravesar. O, todavía, que inventar.

comentario:

La mayoría de nosotr@s, nos hemos preguntado alguna vez, como habría resultado nuestra vida si en lugar de tomar una determinada decisión hubiéramos tomado otra diferente. Nuestra vida, nuestras alegrías y tristezas, así como nuestras catástrofes hubieron sido otras, o tal vez no… Este es el planteamiento inicial (que no único) de CATÁSTROFE, un ejercicio de exploración que destaca por su enfoque y construcción. Su planteamiento no es nuevo, encontramos temáticas parecidas tanto en cine como en teatro, por ejemplo, existen películas donde se investiga sobre realidades paralelas creadas con las diferentes alternativas de nuestra propia realidad (COHERENCE - 2013 dirigida por James Ward Byrkit, etc.), en teatro, recuerda a  propuestas como  ‘Igual de si en la luna’ de José Troncoso y José Bustos, que habla sobre la imposibilidad de volver al pasado y de la nostalgia que eso conlleva, o ‘Probabilidades’ de Chiqui Carabante, donde Alejandro, el protagonista, dispondría de múltiples posibilidades vitales, puntos de inflexión en su toma de decisiones que crean diferentes realidades (una propuesta basada en teorías cuánticas y que también utiliza el teatro de objetos como medio de transmisión de ideas), o propuestas donde existen divagaciones sobre el futuro, la identidad, etc. En CATÁSTROFE se incluyen todos estos términos, pero además se muestra a los protagonistas (de forma colectiva e individual) ante el espectador como si estuvieran dentro de un escaparate donde dejan al descubierto los miedos y las incertidumbres sobre su futuro y su propia existencia.

Partiendo de la idea de ‘la CATÁSTROFE’ (en todas sus formas), Antonio Rojano (dramaturgo), junto a  Iñigo Rodríguez-Claro (director del montaje y del proceso de creación colectiva), Carlos Pulpón y Javier L. Patiño (ayudantes de dirección) y cuatro actores (Ion Iraizoz, Mikele Urroz, Irene Ruiz y José Juan Rodríguez), experimentan, ponen ideas en común y crean a través de experiencias, recuerdos y sueños, una historia que a su vez contiene otras historias, del mismo modo que una existencia vital contiene diferentes instantes, historias y vivencias. Este proceso es, en sí mismo, lo suficientemente interesante para llamar nuestra atención, ya que desdibuja los límites entre lo real, lo ficticio, lo poético y lo imaginario, dando como resultado una propuesta basada en la experimentación que gusta romper los esquemas conocidos, las estructuras, las formas y las narrativas clásicas.

En esta experimentación se juega con muchos factores, entre los que destaca el tiempo (el pasado, el presente, el propio, el ajeno, etc.), al fin y al cabo, somos seres de tiempo, su ritmo marca la longitud de nuestra propia existencia y durante ella, sufrimos nuestras propias catástrofes y las catástrofes de nuestro entorno, nuestra sociedad, nuestro mundo, nuestro planeta, nuestro universo…. Para este juego, la propuesta se viste de una fuerte carga de surrealismo que entremezcla con el realismo de lo cotidiano y el simbolismo de las imágenes, manteniendo de forma general, un tono oscuro y melancólico, que sustenta la idea en la fatalidad de nuestro propio destino, de preguntarnos una y otra vez, si lo que dejamos a un lado en nuestras vidas será la alternativa correcta, si lo que ocurre es totalmente accidental o está planeado, si estamos o no en el sitio adecuado en el momento adecuado, etc., porque la catástrofe también es emocional y se alimenta de la incertidumbre, el miedo, el dolor, la muerte, etc. distorsionando una realidad que depende siempre de nuestra posición frente a los acontecimientos, el ángulo y la forma de mirarlos.

Así, con este punto de partida y esta intensidad, se genera en CATÁSTROFE, un proceso de creación colectiva sobre la base de la dramaturgia de Antonio Rojano que investiga sobre lo que pudo ser y no fue, sobre el tiempo, etc., llegando a los momentos de inflexión donde se tomó (o no) la decisión que les hizo vivir una vida supuestamente diferente. De esta forma se produce la escenificación del punto de inflexión concreto de cada uno de los protagonistas y sus posibles soluciones, pero quien sabe si estas posibles alternativas serían realmente como imaginan o de otra forma, por ello, la propuesta se entra en una especie de ensoñación donde cada uno de los protagonistas (de forma individual y colectiva, y de forma extensa), proponen su posible existencia, algo que sustenta la insatisfacción permanente de su propio presente.

Antonio Rojano ('Furiosa Escandinavia, 'Windsor o el fuego', etc.), prepara concienzudamente cada propuesta, sus textos son intensos y siempre tiene mucho que decir y, en esta ocasión, no iba a ser menos, pero aunque la propuesta rebosa honestidad escénica (aunque sea ficticia) perece pecar, en algunos momentos, de cierta falta de concreción y desorden en las ideas a plasmar, y eso que la propuesta es extensa (incluso demasiado). Está claro que, hay mucho que contar y es difícil dejar ideas fuera. Sin embargo, esto produce, que seamos testigos de una sucesión de escenas que constantemente se mueven entre la originalidad y la genialidad, o/y en un aparente sinsentido o falta de concreción. Ciertamente, en este proceso de paso por la realidad y por la ficción, por los sueños, los deseos y los sinsabores, la esperanza y la catástrofe, etc., puede parecer que se pierde el foco, aunque el proceso no deja de ser interesante, así como las reflexiones que se plantean sobre la vida, la falta de control sobre ella, la insatisfacción, el miedo, etc., aunque en este caso, importa y mucho la forma de contar la historia, ya que esta forma le aporta (o le quita) coherencia al mensaje.

Ion Iraizoz, Mikele Urroz, Irene Ruiz y José Juan Rodríguez son los protagonistas de la propuesta, enseguida nos enganchan con la naturalidad de sus interpretaciones mientras cada uno de ellos, define sus pasiones y los momentos que marcaron su existencia y/o el cambio de rumbo de sus vidas, sus catástrofes individuales e incluso esos momentos que marcaron a toda la sociedad de forma colectiva, es decir, las catástrofes individuales y colectivas que vienen marcadas muy especialmente dentro de la propuesta por fechas o sucesos como el 11 de septiembre de 2001, el incendio del edificio Windsor en Madrid, etc.

Cada protagonista relata su historia, la supuestamente real (que es ficticia) y la ficticia, sus propias catástrofes como ese beso que nunca se dio y que podría haber marcado un rumbo diferente en la vida, el equipo de fútbol, el trauma por la falta de pelo, la maternidad, etc. Utilizando para su escenificación recursos originales como el teatro de objetos, el uso de vídeo a modo de pequeños cortometrajes, vídeo y proyecciones en directo, de caretas y disfraces (cabezas de animales de evidente simbolismo y abstracción), la pintura (El jardín de las delicias, del Bosco, dando identidad a las diferentes partes del tríptico, El jardín del Edén, El jardín de las delicias y El infierno), e incluso cuestionando la propia obra, su contenido, y al autor y al director de la misma.

Así somos testigos de una sucesión de escenas que se van creando y recreando, pequeñas piezas muy elaboradas, cargadas de ironía y originalidad que remarcan la idea del miedo, la desolación existencial, etc., aunque ciertamente, no nos abandona la sensación de que le falta cierto orden y compactación en ellas. Todo este proceso de experimentación se completa con el apropiado diseño de iluminación de Pablo R. Seoane (Cía. de La Luz), el espacio sonoro de José Pablo Polo y las coreografías de José Juan Rodríguez, el vestuario y espacio escénico de Paola de Diego y los audiovisuales y diseño del cartel de La dalia negra.

La propuesta es intensa en su contenido, se mueve a través de muchos territorios (tal vez demasiados), aunque como propuesta de experimentación que busca nuevas formas de expresión, narrativas y lenguajes, demuestra su valía y su fuerte carácter. En muchos momentos despliega una buena dosis de originalidad en la puesta en escena, aunque también es cierto que nos deja la sensación de presenciar momentos de una innecesaria sobre explicación, junto a otros con una aparente falta de concreción, mostrando cierto grado de mezcolanza de mensajes y estilos, sobre todo a medida que evoluciona la propuestas (a veces, menos es más), aunque también es posible, que sea un efecto buscado dentro del propio proceso de análisis de la CATÁSTROFE.

 

ficha:

LA CAJA
Dirección: Iñigo Rodríguez-Claro
Autor: Antonio Rojano
Reparto: Ion Iraizoz, Mikele Urroz, Irene Ruiz y José Juan Rodríguez
Vestuario y espacio escénico: Paola de Diego
Diseño de iluminación: Pablo R. Seoane (Cía. de La Luz)
Espacio sonoro: José Pablo Polo
Coreografía: José Juan Rodríguez
Audiovisual y diseño del cartel: La dalia negra
Ayudantes de dirección: Carlos Pulpón y Javier L. Patiño
Comunicación: Cristina Anta
Producción: La Caja Flotante
Colaboran: Gobierno de Navarra, Exlímite y Espacio Guindalera

 

autor/a

img

ESTRELLA SAVIRÓN (alias Agolpedeefecto).

 

Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión veraz de la cultura. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño.

 


 

fecha:

Febrero 19

TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR:



comentar:

blog comments powered by Disqus

 

Agolpedeefecto.com te informa que los datos de carácter personal que nos proporciones rellenando el presente formulario de comentarios estarán ubicados en los servidores de DISQUS (proveedor de sistema de comentarios) a través de su empresa Disqus, Inc., ubicada en EEUU. DISQUS está acogido al acuerdo EU-US Privacy Shield, cuya información está disponible aqui, aprobado por el Comité Europeo de Protección de Datos. La finalidad de la recogida y tratamiento de los datos personales que te solicitamos es únicamente para gestionar los comentarios que realizas en esta web. Legitimación: Al rellenar el formulario de comentarios y sus casillas de aceptación, estás dando tu legítimo consentimiento para que tus datos sean tratados conforme a las finalidades de este formulario descritas en la política de privacidad y términos. Podrás ejercer tus derechos de acceso, rectificación, limitación y suprimir los datos poniéndose en contacto con nosotros en agolpe@agolpedeefecto.com. Trataremos su información con respeto. Para obtener más información acerca de nuestras prácticas de privacidad y términos consulte el enlace de este sitio web.