Una pieza de teatro histórico y político que se levanta sobre un triunvirato de personajes ambientada en la 2ª Guerra mundial. Una fábula del pasado que sirve para hablarnos de la actualidad, para reflexionar sobre cómo nuestras mentes son moldeadas a conveniencia de los estamentos de poder.

Inscrito en el terreno del teatro histórico y político, se levanta sobre un triunvirato de personajes: un delegado de la Cruz Roja al que se encarga inspeccionar un campo de concentración y ante el cual se le presenta una mentira aceptable, ideada por el comandante del campo con la "ayuda" del jefe de la comunidad judía, que no sabe si está trabajando para la salvación de su pueblo o si está cooperando con los verdugos. Una fábula del pasado que sirve para hablarnos de la actualidad, para reflexionar sobre cómo nuestras mentes son moldeadas a conveniencia de los estamentos de poder.

El autor. Premio nacional de literatura dramática 2013, Juan Mayorga está considerado uno de los principales renovadores del teatro español contemporáneo y en este texto descubrimos una pieza teatral poco conocida en nuestro país, pero de las más representadas del autor, internacionalmente.  Juan Mayorga y su Himmelweg.

Comentario:

HIMMELWEG, CAMINO DEL CIELO. La obra escrita por Juan Mayorga, con dirección de Raimon Molins, nos presenta una historia donde lo más importante es la posición en que se coloca al espectador, convirtiéndolo en parte activa de la obra y no porque se participe en ella, sino porque nos coloca en la posición de escoger y pensar que posición tenemos cada uno de nosotros frente al conflicto.  Partiendo de un suceso de la segunda guerra mundial nos expone a la idea constante de que el conflicto existe ahora mismo, está entre nosotros, y ¿qué hacemos nosotros frente a él?

Los guetos existen hoy en día, las personas señaladas y separadas del resto de la población, marginados, expulsados, expatriados, etc., nos acostumbramos a ver en los medios de comunicación cosas que suceden lejos o muy cerca de nosotros como si fuera algo que nos queda muy lejano, pero en realidad, ¿queremos abrir la puerta que esconde el horror?, sin abrir esa puerta nos escudamos en no tener que verlo y reconocer que el horror y la injusticia, realmente existen y que no hacemos nada por evitarlo.

El texto de Mayorga como es habitual en él, es maduro, compacto, complejo, esta trabajado y madurado, y creado con piezas que se unen para crear puzles que cuadran a la perfección, dejando situaciones y personajes lo suficientemente abiertos para que tengamos un margen de movimiento dentro de su concepción.

La acción nos sitúa en un campo de concentración en el que se escenifica una mentira de cara a la inspección de una delegada de la Cruz Roja, una representación ideada por el comandante del campo con la ‘ayuda’ del jefe de la comunidad judía.  Una fábula del pasado que sirve para hablarnos de la actualidad, para reflexionar sobre cómo nuestras mentes son moldeadas a conveniencia de los estamentos de poder y por nosotros mismos para protegernos del horror.

La compañía Atrium Produccions mantiene el texto de Mayorga intacto pero incorpora al montaje personajes interpretados por marionetas y un original escenario móvil ideado por Mireia Trias para desarrollar todas las acciones. En principio y por una cuestión presupuestaria, la compañía tomo la decisión de trabajar con marionetas construidas por ellos mismos, concretamente por las manos de Mireia Trias y Montse Gallego, una decisión acertada ya que estos pequeños protagonistas consiguen humanizar de forma asombrosa a los personajes y así, llegar muy fácilmente a nuestros sentimientos más profundos.

La obra que tiene muchas lecturas, como suele ser habitual en las obras de Juan Mayorga, saca a la luz temas variados, como por ejemplo,  como las personas que quieren ayudar a los oprimidos acaban siendo verdugos, la invisibilidad de las personas, la invisibilidad del horror, la manipulación de las víctimas, las responsabilidad moral de los integrantes de la sociedad, la memoria histórica, la capacidad del ser humano para obviar el dolor que tiene delante para protegerse.

El mismo Juan Mayorga define Himmelweg como una experiencia poética, no sentimental pero si emocionante.  Una obra que trata temas muy actuales, ya que, a pesar del tiempo transcurrido desde la segunda guerra mundial, el sometimiento, las luchas por el espacio, la exclusión social, el señalamiento de grupos sociales, los guetos, etc., son temas tristemente actuales.

La historia se cuenta a través de piezas separadas que finalmente se juntan, piezas que se desarrollan de forma independiente en el escenario pero que después son cambiadas de posición para hacer ver al espectador, que cada uno de nosotros podría haber sido protagonistas de estas escenas porque ninguno estamos libres de sufrir o ser testigos de situaciones de este tipo y ante ello, ¿qué posición tomaríamos frente a lo que está sucediendo a nuestro alrededor?.

Elena Rayos, Raimon Molins (también director) y Guillem Gefaell, junto a las marionetas que manejan ellos mismos, son los protagonistas de esta obra, su trabajo es intenso, complejo y muy comprometido. Cada una de las partes de la obra llegará de forma diferente, pero las interpretaciones tienen la limpieza y pulcritud de aquellos que quieren mostrar la esencia de las cosas sin ocultar nada con elementos que puedan distraer la atención del espectador.

El ritmo de la obra es pausado, con una atmosfera algo asfixiante en algunos momentos, una sensación provocada con la ayuda de los videos proyectados creados por Joan Rodón, la iluminación de Coré Rodríguez & Raimon Molins, el espacio sonoro de Raimon Molins y el apropiado vestuario que nos transporta a otro lugar en el tiempo de Gloria Viguer. Un texto maduro para una obra que pide al espectador un ejercicio de conciencia.

FICHA:

Texto: Juan Mayorga
Dirección: Raimon Molins
Intérpretes: Elena Rayos, Raimon Molins y Guillem Gefaell
Vestuario: Gloria Viguer  
Iluminación: Coré Rodríguez & Raimon Molins.
A partir de una idea original de David Valero
Vídeo: Joan Rodón
Espacio sonoro: Raimon Molins
Escenografía: Mireia Trias
Construcción de títeres: Mireia Trias y Montse Gallego
Fotografía: Cristina Sánchez
Diseño gráfico: Ariadna Fígols
Producción: Atrium Produccions

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