Las mujeres somos reinas de ajedrez y nuestra única desgracia es pretender ser el rey. AMOR ATADO es un drama conmovedoramente salvaje en un solo acto sobre el maltrato y la dependencia emocional.

SINOPSIS: Ese lunes Blanca llega disgustada a su gabinete de psicología. El fin de semana ocurrió algo inesperado con Roi, su pareja, que no ha dejado de atormentarla y trasladarla a su pasado sentimental más doloroso.Una vez calmada, Roi se presenta por sorpresa con un ramo de flores implorando perdón.Blanca es tajante con él: debe prometerle que no volverá a suceder.

Roi accede y culpa una vez más a su madre de todos sus excesos y de malograr todas sus relaciones. Blanca lo perdona entre muchas dudas y preguntas sin responder. Ese lunes Nera, jugadora compulsiva de ajedrez, decide ir al psicólogo para comenzar a tratar un hecho de amor puntual de su pasado al que quedó atada y que la ha ido desgastando emocionalmente durante casi treinta años hasta reducirla a una mujer vacía y sádica. Ese lunes Blanca y Nera coincidirán en la consulta como profesional y paciente respectivamente. Sin pretenderlo, Blanca comprobará con espanto cómo Nera responde a todas esas preguntas que no formuló. Pretendiéndolo, Nera conseguirá de una Blanca ingenua su propósito: ‘dar jaque mate al rey’. Y Roi pagará por ello.

AMOR ATADO (Vídeo promocional) from Grupo de Teatro Fierabrás on Vimeo.

Comentario:

Estamos ante un drama con tres protagonistas, Nera, Roi y Blanca, madre, hijo y novia del hijo, que forman un triángulo de dependencia emocional, manipulación y malos tratos. Una obra donde todo es blanco o negro, no existe la gama de color y sin embargo, no se llega a saber, a ciencia cierta, que es realmente blanco y que es realmente negro.

El blanco y el negro están presentes en todo momento, las actrices, una vestida de negro (Nera) y otra de blanco (Blanca), serán dos reinas en combate sobre un gran tablero de ajedrez. Roi, el rey, mitad blanco, mitad negro, es la pieza a proteger pero, también la pieza a derrocar. Por ello, Roi se presenta como un personaje ambiguo, blanco unas veces, negro otras, dando pie a la confusión, una confusión buscada.

La escenografía también compone las escenas en blanco y negro, representa un tablero de ajedrez, con sus casillas y sus fichas. En este tablero, todos están dispuestos a comerse a la pieza contraria en una lucha más emocional que física, que no descarta el uso de la fuerza cuando sea necesario.

César Augusto Cair, dramaturgo y director de la obra, ha mamado el ajedrez desde su infancia, buen conocedor de este juego de estrategia para unos, deporte para otros, ha optado por convertir la historia y la vida de sus protagonistas en una partida. Una partida donde el movimiento del enroque (un movimiento especial que involucra al rey y a una de las torres del jugador) tiene mucha importancia. De esta forma, Nera usará a Blanca para tratar de vengarse de Roi. Todo ello, manteniendo tres clara pautas argumentales, el maltrato, la dependencia emocional y el rol de las mujeres en la sociedad.

César Augusto Cair opta por enfrentar a l@s protagonist@s de este drama en la consulta de una psicóloga (Blanca), esta elección tiene una doble vertiente, es acertada en un sentido y menos en otro. En primer lugar el continente es adecuado, ya que esta consulta es el lugar idóneo para confesar determinas cosas que de otra forma no podrían salir a la luz, sin embargo, el comportamiento de la psicóloga no es, la de un profesional en la materia, se deja llevar por las emociones, sale de la consulta, interrumpe, etc., situando a Blanca más cerca del tipo de mujer descrito por Robin Norwood en ‘Las mujeres que aman demasiado’ (mujeres adictas a una clase de amor donde se sienten atraídas por hombres problemáticos, distantes e inaccesibles. Mujeres que luego quedan enganchadas a situaciones conflictivas y viven en una continua ansiedad), que en el comportamiento que un psicólogo debería tener en una consulta profesional pero, no cabe duda de que es un escenario que da pie a la dramatización de las situaciones requeridas, donde además cabe preguntarse, si es precisamente esta disfunción entre consulta-profesional, el efecto que el director quiere resaltar como evidencia de la fragilidad emocional de la profesional (Blanca).

Un texto donde se pone sobre el tapete una venganza pero, sobre todo, se intenta generar una duda, sobre quien es el maltratador y quien es el maltratado e incluso si el maltrato realmente existe, pero lo que es evidente que existe, es un juego de manipulación, que se evidencia con diálogos que se ejecutan en una lucha dialéctica que, en ocasiones, se enroca en tiras y aflojas que dan vueltas, una y otra vez, sobre frases inconclusas. Y todo ello, como intento de mantener la duda y la confusión argumental en el juego de si existe maltrato o no, o si todo es un engaño para mantener una relación de dependencia toxica.

Todos estos elementos se ven apoyados por un buen trabajo de iluminación y la música original de Ángel Salamanca, que sabe poner un toque de intriga, ansiedad y emoción en los momentos más dramáticos y en las transiciones entre escenas. El trabajo actoral de Jennifer Rubio, María Laza y Álvaro Checa es cercano y bien ejecutado, si bien la mayor parte de la carga dramática recae sobre los papeles femeninos. Sobre ellos, resaltar a María Laza (Nera) que con su presencia dota a la obra de la fuerza necesaria. Los tres realizan un trabajo más que digno, aunque descuadran algo, los diálogos en off de Rosa (María de Castro) ya que, lo que cuenta la voz y el tono general (tono de voz, contenido e intención) no acaban de encajar tal y como se proponen, aunque evidentemente, estos diálogos  ayudan al espectador a prepararse para la siguiente lucha emocional.

Estamos ante una propuesta diferente, llena de contrastes, con un lenguaje propio y una poética narrativa muy identificativa del autor, un dramaturgo, escritor y poeta que evidentemente, ha dejado su impronta en esta obra.

FICHA ARTÍSTICA:

Blanca: Jennifer Rubio
Nera: María Laza
Roi: Álvaro Checa
(Voz de Rosa): María de Castro

FICHA TÉCNICA:

Música original / Luz / Sonido: Ángel Salamanca
Cartel y Fotografías: Fernando de Julián
Texto y Dirección: César Augusto Cair

Producción: Teatro Fierabrás