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LA VELOCIDAD DEL OTOŅO.

Alejandra se enfrenta a su familia que pretende enviarla a una residencia de ancianos para poder vender su casa, ubicada en el centro de Madrid, y repartir los beneficios entre los tres hijos. Su decisión es atrincherarse tras una barricada de muebles allí, en su casa de toda la vida, de la que ahora quieren echarla: armada con suficientes cócteles Mólotov como para derribar el bloque entero, recibe la visita inesperada -por la ventana del salón- del menor de sus hijos, de quien lleva tiempo sin tener noticias y que intentará persuadirla.

“¡Soy una mujer peligrosa! Como seguro habrás oído ya…”

“La Velocidad del Otoño” se introduce con estrépito por la ventana del salón de Alejandra para hacer testigo al público de una jornada particular en la vida de esta anciana. Da cuenta de la transformación física y emocional por la que pasa al llegar a la vejez, de una manera profunda y sin caer en claves de melodrama.

Trata la crisis de la vejez, pero también la crisis personal de su hijo menor. ¿Qué pasa cuándo cumples cuarenta años pero no tus metas en la vida? ¿Qué pasa cuándo nunca alcanzas tu vocación? Cristóbal, el menor de los tres hijos de Alejandra, se ha quedado en el camino del intento. Anhela estar en el lugar justo, en el momento justo y “hacer lo que debe”. Trepa por el árbol para entrar por la ventana del salón y encontrarse con sus orígenes…

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Comentario:

Basada en la obra escrita por el dramaturgo Eric Coble y adaptada por Bernabé Rico, llega a los escenarios madrileños bajo la dirección de Venci Kostov.

Esperanza Elipe y Javier Martín protagonizan esta obra que intenta demostrar como dos personas separadas largo tiempo, son capaces de encontrar un lugar para el encuentro y la reconciliación, además de mostrarnos como la vejez llega sin avisar y lo efímera que es nuestra existencia.

El texto con momentos incisivos, dramáticos y otros bastante irónicos, se muestra en ocasiones efectivo y en otros demasiado reiterativo. Sobre el trasfondo de lo poco preparados que estamos para aceptar la vejez y sus consecuencias, de cómo nos volvemos maniáticos y torpes al mismo tiempo que invisibles, así se desarrolla una acción en la que Esperanza Elipe pone voz a Alejandra, una anciana que nos recuerda lo duro que puede ser envejecer.

Alejandra está en su casa, atrincherada para que su hijo mayor no la ingrese en una residencia y venda la casa, es una mujer mayor que comienza a tener lapsus de memoria y cuya movilidad es algo reducida, aun así se le intenta dar una imagen de dignidad. Por el balcón, subiendo por un ‘importante’ árbol aparece su hijo menor Cristóbal, ambos llevan mucho tiempo sin contacto y en ese tenso momento, encuentran el tiempo y el espacio necesarios para sincerarse y reconciliarse.

Hay algunas cosas que no acaban de funcionar en esta obra, partiendo por el vestuario de Alejandra más de circo que de anciana, después se nos presenta la imagen de anciana físicamente limitada, incapaz de moverse ágilmente, llevar peso, etc., por ello lo primero que llama la atención es como una persona en esas condiciones físicas es capaz de apilar los muebles y construir semejante trinchera, así como la forma en la que sube y baja por los muebles para colocar ciertos elementos, incluyendo la torpeza aparente de movimientos en escena para, de pronto recorrer el escenario a carrera como una gacela….

Esperanza Alipe realiza un buen trabajo interpretativo pero por mucho que se caracterice es evidente que no tiene la edad que intenta representar, aunque no es impedimento por supuesto. Javier Martin es Cristóbal, el hijo menor, Javier realiza un trabajo bastante digno, aunque si se me permite decirlo, el momento ‘patada’ es firme candidato a desaparecer de la obra tanto en forma como en modo, ya que de creíble tiene muy poco.

La reflexión que gira alrededor de la obra es interesante, la llegada de la vejez, nuestra manera de enfrentarnos a ella, como cambia nuestra vida y nuestra libertad, las limitaciones que nos impone un cuerpo que no responde a nuestra mente, el papel que la sociedad y las personas que tenemos a nuestro alrededor nos imponen, etc. El texto es muy real y expone una serie de razones muy contundentes, sin embargo se siente demasiado reiterativo y lento aunque su final es rápido con respecto a ritmo general de la obra y con cierto grado de confusión.

He de comentar que asistí a la obra el día del estreno y que posiblemente algunas de las cosas que comento pueden ser debidas a los nervios del estreno y seguro que existirán ajustes con el rodaje.

FICHA:

Dirección: Venci Kostov
Elenco:
Esperanza Elipe y Javier Martín

 

POR:
ESTRELLA SAVIRÓN (alias A golpe de efecto).
Hago crítica teatral, pero sobre todo amo el teatro, e intento lograr la difusión de la cultura de una forma veraz e independiente. He colaborado en varios medios en España y fuera de nuestras fronteras y en programas de radio dedicados a las artes escénicas. En 2007 creé Agolpedeefecto.com, una revista digital que tenía como objetivo la difusión de la cultura, con amplitud de miras y aún sigo en el empeño.
FOTOS: Teatro Lara
FECHA: Abril 15

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LA VELOCIDAD DEL OTOŅO.

DONDE: Teatro Lara
C/ Corredera Baja de San Pablo 15, 28004 Madrid.

CUANDO: Estreno: 14 de abril de 2015. Martes a las 22h.

 

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