Con Ricardo Darín y Érica Rivas, bajo la dirección de Norma Aleandro.

Ricardo Darín y Érica Rivas trabajan juntos de nuevo después del enorme éxito de la película Relatos salvajes, esta vez a las órdenes de la gran dama de la escena argentina Norma Aleandro, en una brillante comedia de Ingmar Bergman que cambió para siempre el concepto de la palabra “matrimonio”.

Juan y Mariana relatan al público una secuencia de escenas que tiene que ver con su matrimonio y la relación que mantienen después de su divorcio. En un ámbito atemporal y sin referencias concretas a ninguna época, se entregan a un juego en el que alternativamente son actores y personajes, traspasando la cuarta pared y haciendo cómplices a los espectadores, que inevitablemente se ven reflejados en muchas de las situaciones que esos dos seres se plantean y que pueden resultar divertidas, dramáticas y hasta violentas.

Ricardo Darín –recientemente galardonado con la Concha de Plata a Mejor Actor en el Festival de Cine de San Sebastián por Truman– y Érica Rivas trabajan juntos de nuevo tras el enorme éxito de la película Relatos salvajes. En esta ocasión, bajo las órdenes de la gran dama de la escena argentina Norma Aleandro, protagonizan una brillante comedia de Ingmar Bergman que cambió para siempre el concepto de la palabra “matrimonio”.

Los conflictos que el autor plantea a lo largo de la obra están puestos en esta producción del Teatro Maipo de Buenos Aires de forma tal, que el público termina riéndose a carcajadas de situaciones que en el fondo ocultan un gran dramatismo y que obligan a seguir reflexionando sobre ellas incluso después de haber salido del teatro.

Norma Aleandro –que ya interpretó en 1992 esta obra junto a Alfredo Alcón– es ahora la encargada de dirigir a Ricardo Darín y Érica Rivas, conformando un equipo de primerísima línea para lo que seguramente también será un gran éxito en España. Las representaciones se llevarán a cabo del 1 al 18 de octubre en el teatro Tívoli de Barcelona, del 21 de octubre al 15 de noviembre en la Sala Roja de los Teatros del Canal de Madrid, y del 18 de noviembre al 6 de diciembre en el Teatro Olympia de Valencia.

Escenas de la vida conyugal fue concebida por Bergman como una miniserie para la  televisión  sueca, con Liv Ullman y Earland Josephson como protagonistas, en una versión de cinco horas de duración,  que fue presentada  en  seis capítulos y cuyo estreno en 1973  concitó  una audiencia espectacular, reuniendo en su última emisión  a más de la mitad de la población sueca frente a sus televisores. Con el mismo éxito fue presentada luego en la televisión mundial, lo que hizo que importantes distribuidores cinematográficos norteamericanos se interesaran en el producto y pidieran a Bergman una reducción de la miniserie a  un film de 167 minutos de duración,  para que pudiera ser estrenada en cines de EEUU y Gran Bretaña, donde una vez presentado cosechó varios e importantísimos premios como el Golden Globe y el BAFTA. Tiempo después, el mismo Bergman adaptó el guion cinematográfico al formato teatral,  y en 1981 la estrenó en el teatro Marstall de Munich (Alemania), donde se encontraba exiliado voluntariamente después de haber sido acusado en Suecia por evasión de impuestos.

Comentario:

Que Ricardo Darín es un actor muy querido en nuestro país no es algo que diga yo gratuitamente, lo dice el cartel casi constante de ‘no hay localidades’ en la obra que nos ocupa, algo que se agradece y que llama poderosamente la atención por ser poco habitual en la escena actual y más en una obra que siendo de un gran autor (Ingmar Bergman), no promete, a priori, grandes novedades respecto a la película, las series, etc., que ya conocemos sobre el tema.

Y sin embargo, ‘Escenas de la vida conyugal’ llega al público, a cualquier tipo de público porque está llena de ternura y de amor, y sobre todo de momentos conocidos y transitados por todos. Todos somos cómplices y compañeros de viaje de los dos protagonistas, desde un lado o desde el otro, desde toda la historia o desde un fragmento de la misma, ya que el amor y el nacimiento y la muerte de una historia es tan universal y humana como nosotros mismos.

Así Ricardo Darín y Érica Rivas, bajo la acertada dirección de Norma Aleandro nos presentan diferentes escenas de la vida de la pareja formada por Juan y Mariana, cada escena con su presentación y su nombre, ‘El arte de esconder la basura, bajo la almohada, la cena de Claus, real e irreal, Paula, el valle de lágrimas, etc’.

La obra pasa por muchos momentos, algunos de ellos realmente duros, pero todos ellos son capaces de generar en el espectador una sonrisa y un sentimiento de reconocimiento mutuo, un reflejo de nosotros mismos tanto en lo que nos gusta como en lo que no… Nada debe darse por supuesto, la relación más cómoda y aparentemente segura es susceptible de derrumbarse como un castillo de naipes, la vida es así, y la mayoría de nosotros ya hemos aprendido esa lección en nuestras propias carnes o en las ajenas….

Estamos ante una comedia dramática o más bien un drama que termina mejor de lo esperado, que aunque el final es algo abrupto deja un buen sabor de boca en el espectador.

Respecto a la escenografía, no hay mucho que resaltar, la mínima necesaria, pero no hace falta más en una obra donde el trabajo actoral y de dirección lo es todo. Tanto Ricardo Darín como Érica Rivas llenan la escena con su presencia y su inusual ternura. He de reconocer que no conocía a Érica Rivas más que por su participación en la película Relatos salvajes, escrita y dirigida por Damián Szifron, cuyo reparto estaba integrado por Ricardo Darín, Óscar Martínez, Leonardo Sbaraglia, Érica Rivas, Rita Cortese, Julieta Zylberberg, Diego Gentile y Darío Grandinetti, pero ha sido una grata sorpresa descubrirla en escena, conformando una parte de esta pareja creíble y cercana.

Cada una de las escenas representadas tiene su encanto, y llegarán más o menos al espectador dependiendo de su bagaje personal, personalmente, la escena de la comida familiar y el teléfono, la ruptura de la relación y la firma del divorcio son las que más me han llegado.

Respecto a las interpretaciones poco más hay de decir, los dos están estupendos, ambos personajes van sufriendo una evolución a lo largo de la obra en la que vamos descubrimiento lo mejor y lo peor de los personajes con una familiaridad pasmosa y eso es bastante más complicado de lo que pueda parecer a primera vista. Dos personajes llenos de matices que dejan ver claramente lo impecable de la dirección de Norma Aleandro que ha elegido de forma efectiva, dar una toque más tierno y sencillo a la obra, dando importancia a lo esencial y natural, a los sentimientos y los pequeños detalles por encima de la carga dramática, el desbordamiento emocional, la tristeza, la ira y el rencor de la ruptura (versión de Fernando Masllorens y Federico González del Pino).

Una obra que sin poseer la mejor de las dramaturgias del momento (aunque sea interesante), ni la más innovadora, ni las interpretaciones más desgarradoras, sabe llegar al público y cautivarlo desde la cercanía, la naturalidad, la ternura y el buen hacer.

FICHA:

Intérpretes: Ricardo Darín y Érica Rivas
Dirección: Norma Aleandro

Ficha artística:

Autor: Ingmar Bergman
Versión: Fernando Masllorens y Federico González del Pino
Música Original: Diego Savoretti
Diseño de Escenografía: Juan Lepes
Diseño de Vestuario: Renata Schussheim
Diseño de Iluminación: Gonzalo Córdova
Diseño de Sonido: Guillermo Perulán
Asistente de Dirección: Dana Barber
Producción Ejecutiva: José Luis Mazza
Producción Artística: Lino Patalano
Teatro Maipo de Buenos Aire