Con La punta del iceberg, texto galardonado con el Premio Tirso de Molina 2011 y el Premio Réplica 2012, La Abadía apuesta por el talento del dramaturgo canario Antonio Tabares, como en temporadas anteriores ha programado a otros autores poco conocidos como Paco Bezerra y Manuel Calzada, que a su vez se sumaron a autores-directores como Sanzol y Del Arco y la figura inolvidable de Agustín García Calvo.

Una empresa multinacional se ve sacudida por el suicidio de tres de sus empleados en apenas cinco meses. Desde la sede central, la compañía envía a una directiva para llevar a cabo una investigación que trate de aclarar lo sucedido. En sus encuentros con los trabajadores se percibe un ambiente cargado de presión, sin la menor consideración por los intereses personales de cada uno, porque se concede prioridad absoluta a los resultados.

Con La punta del iceberg -texto galardonado con el Premio Tirso de Molina 2011 y el Premio Réplica 2012-, La Abadía apuesta por el asombroso talento del dramaturgo canario Antonio Tabares, como en temporadas anteriores ha programado a otros autores pocos conocidos como Paco Bezerra y Manuel Calzada, que a su vez se sumaron a autores-directores como Sanzol y Del Arco y la figura inolvidable de Agustín García Calvo.

Sergi Belbel, que como director del Teatre Nacional de Catalunya se esforzó por apoyar la nueva escritura y que descubrió a Jordi Galcerán, vuelve a abordar el tema, tan reconocible para cualquiera y agudizado a raíz de la crisis, de las tensiones en el ámbito laboral que asimismo afectan la vida privada, como hizo en El método Grönholm y en Después de la lluvia.

Comentario:

Antonio Tabares es el autor de este drama social que se desarrolla en un ambiente laboral hostil, reflejo de una sociedad sostenida por un capitalismo salvaje donde el individuo esta al servicio de los intereses económicos. Una empresa donde se han producido varios suicidios seguidos que serán investigados por Sofía (Nieve de Medina), una directiva de la empresa enviada para clarificar estos extraños sucesos. La productividad, el individuo, etc., todo sale a la palestra y descubrimos que todo lo sucedido no solo depende del color del cristal con que se mire, también de quien mira a través de ese cristal.

El miedo a la perdida del trabajo, el cambio de roles, las relaciones de poder en el seno de la empresa, la incomunicación entre niveles, la pérdida de control de los procesos productivos, la falta de conciliación entre la vida laboral y personal, la explotación del trabajador a expensas de una mayor productividad, la desnaturalización del trabajo y la perdida de identidad de los trabajadores que pasan a ser herramientas y dejan de ser personas, son algunos de los temas, importantes temas, de los que trata esta obra que nos muestras como "Si tratas a un trabajador como si fuera una máquina, tarde o temprano termina por romperse".

La punta del iceberg ganó el Premio Tirso de Molina 2011 y un Premio Réplica 2012 por su puesta en escena. El director Sergi Belbel, ha realizado un buen trabajo dotando a la obra de un aire de thriller y una fluidez que mantiene el interés del espectador. También destaca, la escenografía de Max Glaenzel formada por una serie de muebles de oficina, blancos, vacíos, fríos, que se mueven para ir creando los diferentes espacios que la obra requiere, ya sean despachos, cafetería e incluso azotea. Una metáfora en si misma, bien planteado y bien resuelto.

El personaje de Sofía es el único que permanece en escena durante toda la obra mientras el resto y entran y salen de escena en un fluido y despersonalizado moviendo de inquietudes. Aunque los personajes se sienten despersonalizados están perfectamente perfilados y definidos, cumpliendo cada uno de ellos con el rol requerido, y aunque personalmente he echado de menos más profundidad en la propia historia, esta bien planteada, desarrollada y el final abre la puerta a la reflexión.

Las cosas no son lo que parecen y cuando se escarba crece la tensión y las diferentes versiones, las pistas y las contra-pistas se suceden y la batallas entre lo que hay que hacer, lo que se debe hacer, lo que se espera que hagas, etc., toma su peso.

Los personajes aparentemente personas normales, están llenos de cinismo, pasados de vuelta, superados por las circunstancias, juegan sutilmente a la manipulación o no tan sutilmente, rompiéndose la barrera entre lo estrictamente profesional y lo personal. La ambivalencia es continua, personal-laboral, depresión-problema personal, directivo-técnico, hombre – mujer, etc. Un juego muy estudiado, y bien llevado.

Nieve de Medina, Eleazar Ortiz, Montse Díez, Pau Durà, Luis Moreno y Chema de Miguel dan vida a todos los personajes que conforman esta estructura empresarial hostil tan normal en nuestros tiempos, de forma creíble y consistente.

Una obra muy en tono con un tipo de empresa actual que puede resultar conocido y muy cotidiano para personas que trabajan o han trabajado en grandes empresas y que plantea un interesante análisis de nuestra sociedad y de los tiempos que vivimos.

Reparto
Nieve de Medina
Eleazar Ortiz
Montse Díez
Pau Durà
Luis Moreno
Chema de Miguel

Ficha artística
Autor Antonio Tabares
Dirección Sergi Belbel
Escenografía Max Glaenzel
Diseño de iluminación Kiko Planas (AAI)
Espacio sonoro Javier Almela
Vestuario Vanessa Actif
Maquillaje y peluquería Eva Vila
Ayudantes de dirección Andrea Delicado y Sara Filipa Reis