José Antonio Irastorza, director musical de esta Temporada de Zarzuela, nos habla en primer lugar del enorme esfuerzo realizado por todas las partes implicadas en la producción, unidas en tiempo de crisis para conseguir un elenco de tan alta calidad. Que una compañía privada y un teatro también privado se vuelquen en semejante proyecto no deja de ser una locura hoy en día.

Nos aclara también que han optado por representar en una sesión doble “Agua, azucarillos y aguardiente” y “La verbena de la paloma” porque considera más interesante ofrecer dos obras completas que una sola con relleno procedente de alguna otra y metido con calzador.

En la primera, lo importante siendo un sainete lírico, es darle mucho ritmo para que el interés no decaiga, y en la segunda, que tiene más dramaturgia, se exige un mayor nivel vocal. La opereta cómica o zarzuela es el teatro musical de principios del siglo pasado y sigue conservando sus peculiaridades, como por ejemplo el vestuario que abarca desde el traje más verbenero hasta el más cotidiano.

Irastorza asegura que funcionan más como una familia que como una compañía ya que todos arriman el hombro en lo que haga falta, trayendo y llevando cosas, y aportando lo que pueden.

Oscar Cabañas, director artístico, afirma que es un lujo sobre todo por la libertad para trabajar y crear a partir de la zarzuela de siempre. Se esfuerzan siempre por encontrar el punto medio entre la renovación para dar con una fórmula acorde con las actuales corrientes teatrales y al mismo tiempo respetar la tradición. Tras muchos años viendo y haciendo zarzuela ha llegado a la conclusión de que existen dos corrientes bien diferenciadas: la que se limita a hacer lo de siempre y la que innova tanto que el público no reconoce la obra.

Se trata de un trabajo constante en el que hacen cambios frecuentemente. Cambios que a ellos mismos les cuesta mucho introducir después de tantos años haciendo lo mismo, pero es un trabajo del que se sienten muy satisfechos.

Irastorza nos cuenta que Barcelona llevan ya tres años haciendo temporadas con gran éxito y una calurosa acogida. Su intención es la de darle la vuelta a la zarzuela pero sin corromper su esencia. Además les encanta descubrir jóvenes talentos que aportan savia nueva a la escena del género chico.

Entre sus proyectos futuros no entra la grabación en DVD porque no cuentan con medios ni fondos para hacerlo como es debido. Lo que sí que se perfila en el horizonte son tres grandes zarzuelas que hace tiempo que no se representan de cara al año que viene y, para más adelante, nada menos que cuatro zarzuelas cubanas.