valoración: 7

Título original Pas son genre (Not My Type)

Año 2014

Duración 111 min.

País  Francia

Director Lucas Belvaux

Guión Lucas Belvaux (Novela: Philippe Vilain)

Música Frédéric Vercheval

Fotografía Pierric Gantelmi d'Ille

Reparto Emilie Dequenne, Loïc Corbery, Sandra Nkake, Charlotte Talpaert, Anne Coesens

Productora Coproducción Francia-Bélgica; Agat Films & Cie / Artémis Productions / France 3 Cinéma

Género Comedia romántica

Basada en la novela de Philippe Vilain, esta comedia está escrita y dirigida por  Lucas Belvaux (“La raison du plus fiable”, “38 Témoins”, “Después de la vida") y protagonizada por la cuatro veces nominada a los Premios César, Émilie Dequenne (“Rosetta”, “Perder la Razón”, “El pacto de los lobos”) y por Loïc Corbery, miembro de la prestigiosa Comédie Française.

Sinopsis: Clément, un joven parisino profesor de filosofía, es enviado a una ciudad de provincias. Allí conocerá a Jennifer, una guapa y vital peluquera que disfruta con las novelas románticas y las salidas con sus amigas. A pesar de que la vida de Clément está regida por Kant y Proust, la atracción derribará todas las diferencias y surgirá entre ellos una complicidad inesperada. Pero las barreras sociales y culturales pondrán a prueba su relación.

Comentario:

Esta interesante coproducción francobelga es un buen retrato del choque entre el parisino esnobista descreído que tiene una visión sardónica del amor y la típica chica sencilla y romántica que, como cualquier otra, busca su príncipe azul. Ambos se sienten físicamente atraídos el uno por el otro pero sus mentes están muy lejos y son como universos paralelos que en realidad apenas si llegan a rozarse.

A pesar de ello se van deslizando poco a poco en lo que parece ser el comienzo de algo que podría ser serio pero el color del cristal con que cada uno lo ve es terriblemente distinto y el espectador lo pasa francamente mal sabiendo que esto va a terminar estallando de un momento a otro. Los contrastes entre la vida y la mentalidad de la capital francesa y las de la gente que habita en los pueblos pequeños son más que notorios. Algo parecido sucede también en nuestro país, no nos engañemos. La protagonista acaba abriendo los ojos y tomando su propia decisión, sorprendiendo a su compañero.

El cine francés continúa ganando puntos con películas como ésta, en la que uno ni tan siquiera sabe por cuál de los dos protagonistas tomar partido ya que ninguno de los dos pretende hacer daño al otro, simplemente miran las cosas desde distinto ángulo. Interesante juego de espejos.